Si en su primer año después de su apertura en 2016 acogió a más de 10 millones de visitantes, el parque restringirá ahora el número al 20% de su capacidad diaria.
Miles de visitantes accedieron el lunes a las instalaciones de Disneyland Shanghái por primera vez en tres meses, cuando el parque de atracciones chino se convirtió en el primero de la multinacional Walt Disney Co en reabrir tras verse forzado a cerrar sus puertas por causa de la pandemia.
Aunque Mickey Mouse pudo reencontrarse con otros conocidos personajes de Disney para dar la bienvenida a las multitudes, la experiencia de Shanghái no será como antes: en lugar de desfiles y fuegos artificiales, ahora la norma es el uso obligatorio de mascarillas, mediciones de temperatura y distanciamiento social para visitantes y empleados.
Entre las multitudes del lunes estaba Kay Yu. “Creo que (estas medidas) hacen que los turistas se sientan cómodos”, dijo el joven de 29 años, que llevaba un sombrero de Minnie Mouse y dijo que se había despertado a las 4 de la mañana para hacer el viaje hasta el parque.
El buque insignia de Disney en China, con un valor de 5.500 millones de dólares, es el primero de sus seis centros turísticos en todo el mundo en reabrir sus puertas después de que la pandemia, que ya ha matado a más de 280.000 personas en todo el mundo, paralizara a las empresas dedicadas al ocio. La reapertura puede dar una idea de cómo podría ser la recuperación de Disney tras una interrupción que se prevé le genere unas pérdidas por hasta 1.400 millones de dólares.
Pero el limitado alcance de la reapertura en Shanghái subraya la dificultad de la recuperación: si en su primer año después de su apertura en 2016 acogió a más de 10 millones de visitantes, el parque restringirá ahora el número al 20% de su capacidad diaria, unas 16.000 personas, muy por debajo del nivel solicitado inicialmente por el Gobierno chino.