¿Ofrecerá Sierra la cabeza de el Profesor a sus superiores como muestra de su valía? ¿O irá por libre y La casa de papel se convertirá en juego a tres bandas?

La cuarta temporada de ‘La casa de papel’ ha llegado a Netflix… y ha sido devorada de forma compulsiva por millones de fans en todo el mundo. Ocho nuevos episodios que han dejado metáforas automovilísticas, héroes improbables, dolorosas despedidas… y también muchas preguntas.

Teniendo en cuenta cómo acaba esta cuarta temporada, es justo y necesario analizar el desenlace de esta nueva temporada y lo que supone para el futuro de El Profesor y toda su banda. Un futuro que sí puede estar escrito… pero que aún no está rodado.

Al contrario de lo muchos auguraban, la cuarta temporada no cierra definitivamente la trama del atraco al Banco de España. Es más, podría decirse que es una temporada de transición, ya que su episodio final deja muchas preguntas sin resolver y, sobre todo, otro brutal cliffhanger, por lo que, aunque no hay nada confirmado oficialmente, la quinta -y muy probablemente la sexta- temporada de La casa de papel están aseguradas.

Este movimiento es completamente diferente al de la segunda parte, emitida originalmente en abierto en España en Antena 3, en la que se cerraba definitivamente la trama del atraco a la Casa de la Moneda.

El octavo y último episodio de la cuarta temporada se titula ‘Plan París’, en referencia el dispositivo de emergencia ideado por el Profesor en caso de que él o Lisboa fueran apresados, algo que ocurre con Murillo. Declarando minuciosamente la verdad sobre cómo se gestó el atraco, Lisboa consigue ganar tiempo para que Sergio, Marsella y el variopinto equipo de mineros asturianos que se unió para ayudar a la banda consigan poner en marcha el dispositivo para rescatarla.

El plan funciona y, con una magistral y enrevesada jugada, el Profesor logra rescatar con éxito a Lisboa. Además, el líder de la banda continúa adelante su estrategia dentro del Banco de España. Pese que Helsinki, Bogotá, Tokio y Río querían acabar con la vida de Gandía, después de que este asesinase a Nairobi y casi mate a Tokio, el Profesor les ordena que no lo hagan, puesto que él es la llave para introducir a Lisboa dentro del banco.

Y eso es lo que finalmente pasa, Gandía, tras resistirse, cede a la terrible presión y se convierte en el señuelo con el que la banda engaña a la policía para que un helicóptero vaya a rescatarle. Sin embargo, ese helicóptero está pilotado por Marsella y de él desciende Lisboa, vestida de una GEO encapuchada. El helicóptero llega hasta la azotea y Murillo accede al banco haciéndole creer a Tamayo que iba a rescatar a Gandía… que en realidad era Denver disfrazado.

Otra jugada maestra de El Profesor, la banda se congratula con la vuelta de Lisboa y al grito «¡Por Nairobi!» todos se conjuran para salir indemnes del atraco para honrar la memoria de su compañera caída. Sin embargo, el Profesor deja un cabo suelto, uno que en el que no había pensado.

LA INSPECTORA SIERRA, RIVAL A LA ALTURA

Y es que, tras verse forzada a dar la cara ante la opinión pública y cargar con el muerto -en este caso lo propio sería decir con la muerta y también con el torturado- después de que el Profesor hiciera públicas las malas artes de la Policía al simular la muerte de Lisboa y torturar a Río, la inspectora Sierra decide ir por libre, eso implica vender al propio CNI.

Después de la bochornosa declaración de Prieto en el penúltimo episodio, en el que el Profesor desmentía la versión oficial con un audio en el que se escucha cómo la policía capturó ilegalmente a Lisboa y simuló su ejecución, Sierra opta por una huida hacia delante. El personaje de Najwa Nimri admite públicamente el secuestro y las torturas que sufrió Río, así como el plan de acabar con la vida de Nairobi utilizando a su hijo de 9 años como señuelo.

Esto, evidentemente, significa su ruina, al poner en entredicho al CNI, al Ministerio del Interior y a la propia Presidencia del Gobierno. Por eso, Tamayo ordena que sea detenida. De esta forma, Sierra se convierte en una prófuga de la justicia… lo que le permite ir por libre. Tras hacer un repaso minucioso sobre cómo Lisboa pudo ser ayudada para evitar traicionar a la banda, llega a la conclusión de que Antoñanzas, el policía que le servía de asistente, ha sido el topo.

Esto hace que vaya hasta el barrio de Antoñanzas y hable con su mujer y, tras amenazar al vigilante de la urbanización, consigue los vídeos de las cámaras de seguridad. Grabaciones que, efectivamente, demuestran que el agente es un traidor. Pero eso no es lo más importante, ya que los vídeos consiguen grabar la matrícula del vehículo que utiliza el Profesor, lo que le lleva a dar con su paradero.

Así, justo cuando el Profesor celebraba que Lisboa había entrado en el Banco de España y que su plan podía ejecutarse con mayor libertad, al tener a Sierra y Prieto fuera de juego y la credibilidad del sistema en entredicho, Sierra le da caza. La inspectora irrumpe en escena encañonando a Sergio Marquina con una pistola. Y así, con este subidón de tensión, se cierra la cuarta temporada. Un potente cliffhanger con el que queda la duda de qué pasara con el Profesor, con toda la bada… y que asegura una quinta temporada.

¿UN JUEGO A TRES BANDAS?

La inspectora Sierra no tiene la fragilidad de Lisboa, es una mujer de mente fría y calculadora, a la que ya hemos visto que no le importa torturar. Un perfil que puede hacer que el Profesor viva en carne propia lo que el resto de la banda siempre le ha reprochado, que actúa y ve todo desde la barrera.

Con lo cual, la quinta temporada tiene que resolver qué pasará con el Profesor y qué decidirá la inspectora Sierra, puesto que sin su cerebro y sus ojos fuera del Banco, la banda caerá con facilidad y el atraco acabará mal. Esa es la gran pregunta que tienen que responder los guionistas de la ficción creada por Álex Pina. ¿Seguirá los pasos de Lisboa y se unirá a la banda? ¿Ofrecerá Sierra la cabeza de el Profesor a sus superiores como muestra de su valía? ¿O irá por libre y La casa de papel se convertirá en juego a tres bandas?

Muchas preguntas y una única certeza: La casa de papel seguirá enganchando en Netflix a millones de espectadores con su quinta temporada… solo es cuestión de tiempo.

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