Las muertes por el COVID-19, la enfermedad causada por el virus, superaron las 24.000 en todo el mundo.
Estados Unidos se convirtió en el país con más casos de coronavirus en el mundo, Italia cerró la mayor parte de sus industrias y multitudes de jornaleros indios recibieron raciones de comida tras una cuarentena que los dejó sin empleo.
El repunte en el número de casos se esperaba ya que las pruebas se hacen más accesibles. Estados Unidos superó a China en número de pacientes con más de 85.000, e Italia también pasó de 80.000. En conjunto, las tres naciones tienen casi la mitad de las infecciones causadas por el nuevo virus a nivel global.
En China, la mayoría de los pacientes se han recuperado, mientras que los lugares a donde el coronavirus llegó más tarde se enfrentan ahora a hospitales desbordados y escasez de suministros, y se apuran para convertir espacios públicos en instalaciones aptas para tratar a los enfermos.
Washington, D.C., confirmó 36 nuevos casos el jueves para un total de 267. El distrito está en estado de emergencia y sus principales atracciones, como el museo Smithsonian y el Zoo Nacional, están cerrados y las visitas a la Casa Blanca y al Capitolio fueron canceladas. La policía cortó calles, puentes y carreteras de circunvalación para evitar que multitudes acudan a ver la floración de los cerezos en la ciudad.
El confinamiento impuesto sobre los 1.300 millones de habitantes de India paralizó la columna vertebral de su economía: conductores de rickshaw, vendedores ambulantes de fruta, limpiadores y otros que subsisten con lo que puedan ganar en el día. El gobierno anunció un paquete de estímulos de 22.000 millones de dólares para entregar raciones mensuales a 800 millones de personas.
En algunas partes del país, la gente recibió raciones de arroz o depósitos bancarios de las autoridades locales, y las asociaciones de ayuda trabajaban para llegar a más personas. El vital y masivo sistema ferroviario también paró, y los desempleados tratan de recorrer a pie los cientos de kilómetros que separan sus aldeas natales de las grandes ciudades.
Las muertes por el COVID–19, la enfermedad causada por el virus, superaron las 24.000 en todo el mundo, y más de un tercio fueron en Italia, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins. Estados Unidos registraba alrededor de 1.300 decesos, de los cuales aproximadamente un cuarto estaban en la Ciudad de Nueva York, donde los hospitales están sobrepasados.
En China, donde se creía que el virus pasó de animales salvajes a humanos, la Comisión Nacional de Salud reportó el viernes 55 nuevos casos, incluyendo 54 que, según dijo, fueron importados por gente recién llegada del extranjero. Un día más, no hubo nuevos contagios en Wuhan, la capital de la provincia donde se detectó el virus en diciembre. China prohíbe la entrada de la mayoría de extranjeros al país para tratar de frenar el regreso de la enfermedad.