El músico fue operado tras un accidente en el transcurso de un concierto con Joan Manuel Serrat en el Wizink Center de Madrid.
Lo primero que hizo el cantante Joaquín Sabina tras despertarse de la operación a la que fue sometido este jueves por un hematoma cerebral, fue pedir un cigarro: «Yo quiero fumar», dijo.
Estas primeras palabras fueron desveladas por el escritor Benjamín Prado, amigo del cantante, que le ha visitado en el hospital y ha tranquilizado a sus seguidores en el programa de televisión Más Vale Tarde, del canal La Sexta. Prado ha asegurado que el artista «ya se encuentra mucho mejor», y que «tiene una triple fractura en el hombro y le han extraído un hematoma, pero está bien».
Sabina fue operado el jueves de urgencia después de que el miércoles por la noche sufriera un accidente en el transcurso de un concierto con Joan Manuel Serrat en el Wizink Center de Madrid. Mientras caminaba por el escenario, un foco le cegó y se precipitó al foso, el espacio entre el público y el escenario, desde una altura aproximada de dos metros.
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Sabina fue atendido inmediatamente por sanitarios, que le aconsejaron por precaución trasladarse a un centro hospitalario. En la Clínica Ruber las exploraciones encontraron un «traumatismo de hombro izquierdo, torácico y cranoencefálico», según el parte médico que hizo público el jueves el equipo que atendió al artista.