Los cuerpos de emergencia en poblaciones del interior reconocieron que la gente salió corriendo y muy asustada por recordar el temblor que tiró escuelas, casas y hospitales

Al sur de la entidad poblana, el sismo registrado la tarde de este viernes 16 de febrero, removió los traumas y miedo que generó el terremoto del 19 de septiembre que, con su tremenda fuerza tiró iglesias, casas, hospitales y escuelas. El nuevo temblor no alcanzó a tirar nada, solo abrió más las grietas o heridas que ya habían, tanto en edificios como en las personas.

En Izúcar de Matamoros, pasó así. Los edificios ya de por si con daños se sintieron más. Se cayó una barda y afectaciones en el museo.


En Atlixco, otro de los municicipios más afectados por el temblor de hace 5 meses, también fue necesaria una revisión minuciosa. No se reportaron afectaciones nuevas, lo mismo se dijo en el caso de Huaquechula, otro de los lugares más dañados, y donde su monasterio del siglo XVI presenta afectación estructural en casi 50 por ciento del edificio.

«No tenemos reporte de personas lesionadas. Los edificios más dañados, como son la parroquía, Santa Clara, y como otras iglesias no se tienen reportes de desprendimientos de consideración por lo tanto son minimos los daños materiales. El sismo causó alarma; las personas y los negocios del Centro, salieron y se resguardaron porque sí se sinttió muy fuerte provocando crisis nerviosa en dos personas», dijo el director de Seguridad Pública en Atlixco, Javier Machuca Vargas.

En el caso de Atzala, el presidente municipal, reportó que cayeron más pedasos del templo declarado pérdida total tras el anterior sismo. Ahí una familia completa murió mientras se celebraba un bautizo.

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