Los vehículos de hidrógeno tienen una gran ventaja sobre los de batería: pueden cargarse en un tiempo de entre tres y cinco minutos y tienen más autonomía.


Para hacer frente a los problemas de contaminación y tráfico en París, Mathieu Gardies decidió lanzar una compañía de taxis eléctricos en 2009, pero para 2015 había fracasado, por lo que decidió apostar por los autos alimentados con hidrógeno y fundó Hype, la primera flota de taxis 100% de hidrógeno.

Existe un consenso mundial en cuanto a la necesidad de descarbonizar el sector del transporte, pero el verdadero debate es acerca de si se logrará este desafío. Sin duda alguna, los autos eléctricos de pila de combustible (FCEV por sus siglas en inglés) -mejor conocidos como vehículos de hidrógeno- desempeñarán un papel crucial en el futuro de la movilidad limpia, entre otras soluciones.

Las unidades eléctricas con batería no son una buena solución para los taxis en París, pero los autos de hidrógeno eliminan la necesidad de detener el vehículo, por lo que es más fácil decirle a un conductor que apueste por el hidrógeno porque no cambiará su forma de trabajar.

De hecho, los vehículos de hidrógeno tienen una gran ventaja sobre los de batería: pueden cargarse en un tiempo de entre tres y cinco minutos y tienen más autonomía (hasta 500 kilómetros), características que hacen del hidrógeno una solución perfecta para los taxis.

Pero la opción del hidrógeno también tiene sus desventajas, que explican su poco éxito: apenas hay 11,000 autos movilizados con este combustible en las carreteras del mundo. Otra desventaja es su alto precio. Hyundai, Toyota y Honda son los principales fabricantes de FCEV y la mayoría de sus modelos son más caros que los motores de combustión interna, mientras que los precios del hidrógeno en las estaciones son actualmente equivalentes a los de las gasolinas.

Hype minimiza esta desventaja compartiendo los vehículos entre varios conductores, por lo que gracias a su uso intensivo, la empresa genera beneficios que permiten absorber una parte de los costos adicionales.

La mayoría de los expertos también considera que los precios de los vehículos y de hidrógeno bajarán a medida que la industria se desarrolle.

Otro tema que ha frenado la adopción de los FCEV es que actualmente sólo hay 337 estaciones de hidrógeno en el mundo y los conductores todavía tienen miedo de comprarlos por el reducido número de estaciones, creando un círculo vicioso. Para hacer frente a este problema, Mathieu creó Hype en colaboración con Air Liquide, el líder industrial francés del hidrógeno, por lo que la flota garantiza una demanda suficiente para las cuatro estaciones de la empresa en París y sus alrededores.

Cuatro años después de su creación, tiene 110 taxis que operan en París, lo que le convierte en la mayor flota del mundo y ha anunciado que aumentará a 600 vehículos de hidrógeno para este año, gracias a una reciente asociación con Toyota. Desde 2015, los taxis de Hype han acumulado cuatro millones de kilómetros, evitando aproximadamente dos toneladas de óxidos de nitrógeno (NOx).

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