El investigador de la Facultad de Economía opina que en México aún no es factible sustituir el dinero físico como forma de pago.
A nivel global se impulsa cada vez más el uso de la moneda electrónica y que la gente pague menos con dinero físico, lo que disminuye el riesgo de asaltos y se realizan transacciones financieras más rápidas; sin embargo, en México esta modalidad todavía no se generaliza entre la población, debido a la insuficiente cobertura de las redes bancarias, explicó Jaime Estay Reyno, profesor investigador de la Facultad de Economía de la BUAP.
“Se supone que este modelo tiene ventajas, ya que ahorra el manejo físico del dinero y disminuye las posibilidades de robo, pero tiene que haber condiciones y una adecuada infraestructura. No tiene sentido pretender que alguien use tarjeta de débito o crédito si tiene la sucursal bancaria o el cajero automático a tres horas de distancia. Justamente, uno de los problemas es que las redes de la banca privada están poco extendidas en México”, aseveró.
Estay Reyno señaló que debido a una cuestión de interés predominantemente empresarial, dichas redes bancarias se concentran en zonas poblacionales numerosas; al mismo tiempo existen miles de localidades que no tienen acceso al sistema bancario y tampoco tienen Internet, por lo que incentivar un ecosistema de dinero digital se complica aún más.
“No tiene sentido si se pretende empujar el uso de tarjetas electrónicas cuando no hay acceso a la red de cajeros o de Internet.
Estamos hablando de poblaciones muy pequeñas, que justamente por su tamaño no le interesan a la banca privada porque carecen de un número suficiente de gente como para que se vuelvan atractivas”, añadió.
Asimismo, existen otras complicaciones en la implementación del sistema de dinero electrónico. Una de estas es el cobro de comisiones, que en México son bastante altas, o el tema de la seguridad: “No solo en términos de que te asalten en la calle y te roben la tarjeta o te exijan que des la contraseña, sino los robos a través de la propia Internet, al acceder y vaciar las cuentas bancarias mediante hackeos”.
En su opinión, para solucionar algunos de esos problemas existe un proyecto del gobierno federal que pretende extender la red de Internet y de las redes bancarias; “se habla de que van a instalar 12 mil centros integradores, espacios donde habrá conexión de Internet y cajeros automáticos; si esto llegara a ocurrir sería mucho más razonable pensar en que se generalizara el uso de dinero electrónico”.
En términos generales, hay países en los cuales prácticamente nadie usa dinero; todo el mundo se mueve con la tarjeta electrónica, lo cual tiene ventajas, siempre y cuando existan las condiciones de infraestructura para tener acceso a las redes bancarias o un razonable costo del uso de las terminales”, concluyó.