Las personas que entregan mucho más de lo que reciben, tarde o temprano terminan por quebrarse.
El agotamiento emocional es cuando la persona ha superado los límites de sus esfuerzos, esto puede ocurrir en cualquier ámbito, ya sea laboral, familiar o personal, ocurre por la carga de responsabilidades y conflictos que ha tenido que asumir a lo largo de mucho tiempo y por lo tanto simplemente se quiebra.
Claro que el agotamiento emocional no sucede de un día para otro, se trata de un proceso que ha venido ocurriendo lentamente, hasta que la persona se colapsa, porque simplemente no puede más. Es justo en ese quiebre que vienen los problemas secundarios como: la parálisis, depresión y hasta enfermedades crónicas.
De acuerdo a un estudio realizado por Jordi Fernández Castro, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, este tipo de agotamientos es muy común, especialmente para las personas que trabajan en centros de salud. Si te preguntas, ¿Por qué ocurre el agotamiento emocional?, la respuesta es simple, este tipo de personas se caracterizan por entregarlo todo en cualquier terreno que se encuentren y generalmente reciben muy poco.
¿Cómo saber si tengo agotamiento emocional?
Otra investigación realizada por Russell Cropan, de la Universidad de Emory, ubicada en Atlanta, menciona que el agotamiento emocional también ocurre si por ejemplo en el trabajo existe un alto riesgo de despido o si el hogar está lleno de miembros problemáticos.Hay varios síntomas que pueden indicar el comienzo del agotamiento emocional, aunque generalmente no se le presta mucha importancia, lo mejor es darse cuenta a tiempo y buscar una solución.
Cansancio físico Insomnio Falta de motivación Irritabilidad Olvidos frecuentes Distanciamiento afectivo Dificultades para pensar Para superar este problema lo mejor es comenzar por descansar adecuadamente, además de encontrar tiempo de relajación y esparcimiento.
Otro punto importante es que no tomar vacaciones durante mucho tiempo terminará creando fatiga innecesaria. Finalmente es indispensable construir una actitud positiva frente a las obligaciones diarias, dejando a un lado la obsesión por ser perfectos.