Como sucede con los smartphones, los auriculares también se clasifican de acuerdo con la certificación IP, un estándar para evaluar su resistencia al agua y el polvo.

La natación es uno de los deportes más completos para nuestro cuerpo y además, nos permite evadirnos al combinar lo relajante del medio y la concentración en la mecánica de nadar… para algunos, incluso puede ser aburrido y necesiten el aliciente de la música. En estos casos, ¿qué auriculares usar para nadar en una piscina?

¿Auriculares resistentes al agua o waterproof?

Como sucede con los smartphones, los auriculares también se clasifican de acuerdo con la certificación IP, un estándar para evaluar su resistencia al agua y el polvo.

En este sentido, podríamos sentirnos tentados a adquirir un modelo simplemente certificado como IPX68 o IPX70 y sería un error. Esa clasificación hace referencia a que soportan escenarios de uso que implican sudor, o la lluvia, o incluso un accidente como una caída a la piscina o que los metas en la lavadora, pero no han sido ideados para funcionar bajo el agua en deportes acuáticos.

Y es que una cosa es que sean resistentes al agua y otra diferente es que hayan sido diseñados para usarse continuamente en el agua, algo que notaríamos tanto en su diseño como en su durabilidad. En este sentido, es recomendable lavar los auriculares después de usarlos en la piscina para minimizar el impacto del agua clorada.

Cómo han de ser unos auriculares para deportes acuáticos

Con este punto claro, se plantean tres soluciones para escuchar música en la piscina, siendo una de ellas la que prevalece por encima del resto para deportes acuáticos por comodidad, funcionalidad y diseño: los auriculares resistentes al agua con reproductor integrado.

Y es que si usamos unos auriculares con cable waterproof conectados a un reproductor MP3 que también lo sea, existe un inconveniente evidente en cuanto a comodidad, ya que tendremos que llevar dos dispositivos conectados mediante cable mientras nadamos, fijando el reproductor en el traje de baño o el gorro.

La otra opción pasa por usar unos auriculares inalámbricos resistentes al agua conectados de forma inalámbrica a un reproductor que se encuentra fuera de la piscina, muy poco práctico ya que estaremos «atados» al corto alcance del Bluetooth o el NFC, no podremos realizar tareas básicas como saltar de canción y dejar el teléfono en el borde de la piscina solo no es una opción muy recomendable si queremos que siga allí al concluir el entrenamiento.

Ahora que ya tenemos claro el tipo de auricular inalámbrico para usar en la piscina, valoraremos algunos aspectos como:

Que ofrezcan un diseño ligero, cómodo y con buen agarre para que no nos molesten mientras nadamos ni se suelten de nuestras orejas. En general, encontramos formatos de tipo in-ear con diadema y también de conducción ósea, un sistema que transmite el sonido a través de los huesos de la cabeza, dejando libre el pabellón auditivo para escuchar el sonido ambiente.

Una capacidad de almacenamiento que permita guardar nuestra música en un formato de calidad aceptable. Para hacernos una idea, con 1GB de capacidad podremos almacenar unas 200 canciones en formato MP3.

Que ofrezcan una autonomía suficiente para tu actividad. Hay que tener en cuenta que cuanto más ligeros y compactos sean unos auriculares, menos espacio albergan para integrar una batería grande. Así que lo ideal es dar con un modelo que cubra holgadamente nuestros entrenos. En el mercado es habitual dar con modelos en torno a las 7 – 10 horas.

Aunque la principal característica es que se puedan usar bajo el agua en deportes acuáticos, es interesante que suenen bien. En este sentido, prestaremos atención a la impedancia, que nos indica la resistencia al paso de la corriente eléctrica; la sensibilidad, relacionada con la potencia máxima que podemos escuchar y el rango o de frecuencias que abarca el auricular, siendo lo ideal que cubra de 20 Hz a 20 KHz sin distorsión. También es importante el tamaño y número de transductores. Pero insistimos: normalmente este tipo de auriculares destacan más sus características acuáticas que acústicas.

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