El sospechoso de 33 años fue detenido cuando salía de un 7-Eleven en Santa Ana, al sureste de los Ángeles. Entregó un cuchillo y un arma que robó a un guardia.
Un hombre que estaba “lleno de ira” mató a cuatro personas e hirió a dos en una serie de robos y apuñalamientos en el condado Orange de California que se prolongó unas dos horas, dijeron las autoridades el miércoles.
Un sospechoso de 33 años residente en Garden Grove, fue detenido cuando salía de un 7-Eleven en Santa Ana, al sureste de los Ángeles, después de que entregara un cuchillo y un arma que le había arrebatado a un guardia, señaló la policía.
Las agresiones parecían haber sido aleatorias y los únicos motivos conocidos eran “robo, odio, homicidio”, según dijo en una conferencia de prensa el teniente de la policía de Garden Grove Carl Whitney.
“Sabemos que este hombre estaba lleno de ira y que hizo daño a mucha gente esta noche”, dijo.
Tanto el sospechoso como todas las víctimas eran hispanos, señaló Whitney. Las dos personas heridas seguían estables el miércoles por la noche y se esperaba que sobrevivieran.
Los detectives estaban interrogando al hombre y esperaban visitar las diferentes escenas del crimen, en Garden Grove y la localidad vecina de Santa Ana, para reunir pruebas. Algunos de los ataques fueron grabados por cámaras de seguridad.
“Tenemos videos que le muestran atacando a esta gente y cometiendo estos asesinatos”, dijo.
El agresor vivía en un edificio de apartamentos en Garden Grove, donde apuñaló a dos hombres durante alguna clase de confrontación. Uno de ellos murió dentro del apartamento y el otro fue encontrado herido en un balcón y falleció en un hospital.
También hubo un robo en una panadería. La propietaria, que pidió no ser identificada, dijo a KCAL–TV que estaba cargando su celular en torno a las 16:00 cuando entró el hombre y al parecer la confundió con una clienta.
“Fue directo a la caja registradora e intentó abrirla (…) me enseñó un arma”, dijo. El hombre se llevó todo el dinero y huyó. “Pensé que había tenido mucha suerte porque pensó que era una clienta, no la propietaria”, señaló.
El hombre también robó en una aseguradora, donde una mujer sufrió varias puñaladas en la espalda. En ese momento estaba armado con “alguna clase de machetes”, dijo Whitney, señalando que la mujer fue “muy valiente” y se defendió lo mejor que pudo. Se esperaba que sobreviviera.
Empleados de una compañía de alarmas presenciaron el robo en vivo a través de las cámaras de seguridad y llamaron a la policía.
El agresor huyó con el dinero y también robó un negocio de cobro de cheques en el local contiguo.
Poco después de las 18:00 condujo hasta una gasolinera Chevron, donde atacó “sin motivo” a un hombre que repostaba, señaló el teniente. Esa víctima no sufrió un robo, pero recibió puñaladas en la espalda y el rostro que casi le arrancaron la nariz. Varios testigos se apresuraron a ayudar al hombre, añadió.
Detectives de paisano localizaron el Mercedes plateado del sospechoso en una tienda 7-Eleven de Santa Ana. Un minuto después de que llegaran, el hombre salió de la tienda con un gran cuchillo y un arma que había cortado del cinturón de un guardia de seguridad, al que siguió hasta la tienda y mató a puñaladas, dijo Whitney.
La policía ordenó al agresor que dejara las armas y lo detuvo cuando obedeció.
Los agentes supieron después que también un empleado de un restaurante Subway había muerto apuñalado durante un robo.
La brutal y extraña cadena de actos violentos llegó apenas unos días después de una serie de tiroteos masivos en Texas y Ohio que dejaron 31 muertos y conmocionaron a Estados Unidos. Al parecer, el tirador en El Paso subió a internet una diatriba contra los inmigrantes antes de matar a 22 personas en un Walmart el sábado. Menos de un día después, otro hombre mató a nueve personas antes de morir baleado por la policía en una zona de ocio en Dayton, Ohio.
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