Estados Unidos incautó un buque frente a las costas venezolanas, según confirmó un funcionario estadounidense familiarizado con el caso, en medio de la estrategia del Gobierno de Donald Trump para intensificar la presión sobre Caracas.

Es el segundo caso conocido de una incautación de un buque cerca de Venezuela por parte de Estados Unidos en las últimas dos semanas. El 10 de diciembre, Estados Unidos incautó un gran petrolero llamado Skipper, que había sido sancionado por sus vínculos con Irán.

Aunque la directiva de Trump de esta semana se dirigía a los petroleros sancionados, el buque incautado por Estados Unidos este sábado no está sujeto a sanciones estadounidenses, según el funcionario estadounidense. La tripulación del petrolero no se opuso a la operación.

De acuerdo con el funcionario, el buque era un petrolero con bandera panameña que transportaba petróleo venezolano y cuyo destino final era Asia.

La operación fue dirigida por la Guardia Costera de Estados Unidos, con la ayuda de las Fuerzas Armadas estadounidenses. Se llevó a cabo en aguas internacionales, según el funcionario.

La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, cuya agencia incluye a la Guardia Costera, publicó un video de siete minutos en redes sociales la tarde de este sábado en el que se ve un helicóptero sobrevolando el petrolero. Escribió que el petrolero fue apresado en una “operación antes del amanecer” por la Guardia Costera con el apoyo del Departamento de Defensa y que su último puerto de atraque fue Venezuela.

“Estados Unidos seguirá persiguiendo el movimiento ilícito de petróleo sancionado que se utiliza para financiar el narcoterrorismo en la región”, afirmó Noem.

El Gobierno de Venezuela reaccionó al hecho a través de un comunicado difundido por la vicepresidenta Delcy Rodríguez en su canal de Telegram. De acuerdo con el comunicado, Venezuela “denuncia y rechaza categóricamente el robo y secuestro de un nuevo buque privado que transportaba petróleo venezolano, así como la desaparición forzada de su tripulación, cometidos por efectivos militares de los Estados Unidos de América en aguas internacionales”.

“La República Bolivariana de Venezuela reafirma que estos actos no quedarán impunes y ejercerá todas las acciones correspondientes, incluyendo la denuncia ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, otros organismos multilaterales y los gobiernos del mundo. El Derecho Internacional se impondrá y los responsables de estos graves hechos responderán ante la justicia y la historia por su criminal proceder”, agrega.

Contactos entre Venezuela e Irán

Por su parte, el canciller de Venezuela, Yván Gil, anunció este sábado que Irán ofreció su cooperación para hacer frente a lo que describió como “actos de piratería” y “terrorismo internacional” por parte del Gobierno estadounidense.

Gil dijo en Telegram que habló por teléfono con su homólogo de Irán, Abbas Araghchi, para revisar las relaciones bilaterales y discutir “los recientes acontecimientos en el Caribe, especialmente las amenazas” y el “robo de buques cargados de petróleo venezolano”.

El petrolero Hyperion fue visto cerca de una refinería frente a la bahía de Amuay en Venezuela el viernes, según datos de rastreo de barcos.

Agregó que Teherán expresó su plena “solidaridad” con Venezuela y ofreció cooperación “en todos los ámbitos” para hacer frente a las acciones de Estados Unidos, que, según el ministro venezolano, violan el derecho internacional.

La presión de Washington sobre Caracas

Junto con las repetidas amenazas de Trump de lanzar ataques terrestres en territorio venezolano, las incautaciones de buques han aumentado la presión sobre Venezuela al atacar su sustento económico, que ya se encontraba bajo presión tras las nuevas sanciones impuestas al sector petrolero anteriormente este año.

Estados Unidos lleva ya meses ejerciendo presión sobre Venezuela, lo que ha incluido el envío de miles de tropas y un grupo de ataque de portaaviones al Caribe, ataques contra supuestas embarcaciones narcotraficantes y repetidas amenazas contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Las Fuerzas Armadas estadounidenses han matado a 104 personas en ataques que han destruido 29 presuntas embarcaciones narcotraficantes, ataques que el Gobierno de Trump ha presentado como un esfuerzo por acabar con los flujos ilegales de drogas y migrantes procedentes de Venezuela. Pero sus acciones también han apuntado a una campaña de presión generalizada sobre Maduro, cuya destitución, según sugirió la secretaria general de la Casa Blanca, Susie Wiles, es el verdadero objetivo del Gobierno.

El anuncio de Trump esta semana de un “bloqueo” también subrayó el enfoque del presidente en el petróleo del país, al que, según él, Estados Unidos debería tener acceso si Maduro es derrocado. La empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) controla la industria petrolera del país. Chevron, con sede en Houston, es la única empresa estadounidense que perfora en Venezuela y paga un porcentaje de su producción a PDVSA en virtud de una exención de las sanciones.

Las reservas petroleras de Venezuela son las más grandes del mundo, pero operan muy por debajo de su capacidad debido a las sanciones internacionales. Gran parte del petróleo del país se vende a China.

Venezuela condenó el bloqueo esta semana, calificándolo de “una amenaza imprudente y grave”. Afirmó que continuará defendiendo su soberanía y sus intereses nacionales.

Una nota de CNN EN ESPAÑOL.

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