Aceptar que nuestras emociones no son positivas ni negativas, que son la forma en que nos relacionamos con los demás, de como entendemos el mundo y tenemos todo el derecho de experimentarlas todas.
@GabrielaFor
Quizás el título parezca confuso, pues aquello que te motiva a ser feliz, no puede ser una estafa ¿o sí?
Estamos inundados de “motivación” a través de frases que nos recuerdan constantemente lo únicos, especiales, exitosos y felices que podemos ser con tan sólo desearlo.
Encontramos estas frases en muchos lados: en mensajes de buenos días, buenas tardes o buenas noches a través de redes sociales, en artículos de papelería, del hogar e incluso hasta en las toallas sanitarias (sí, hasta en esos días deben recordarnos que todo es posible si lo queremos).
¿Por qué digo que es una estafa?
Porque nos venden (literalmente) a través de todos estos artículos, la idea constante de que la felicidad y el éxito se alcanzan con tan sólo desearlo.
Abundan no sólo artículos, sino gurús del positivismo, que después de pagar grandes cantidades de dinero, nos venden la receta de la felicidad y el éxito a través de ideologías superficiales, de metodologías de empoderamiento que se resumen en frases huecas como: El poder está dentro de ti o el cielo es el límite.
Ofrecen la tentadora oferta de “cambiar tu vida” en un fin de semana de trabajo “intensivo”, donde a través de carismáticos oradores se exponen dichas ideologías y con técnicas de persuasión coercitiva, implantan en los asistentes la convicción (temporal) de que el cambio se ha logrado y mañana les espera una nueva vida.
Desgraciadamente ésa nueva vida dura muy poco, porque se enfrentan de nuevo a su realidad, a los problemas, a sus patrones de comportamiento, a sus asuntos pendientes y a sus emociones que ya no encajan con lo “aprendido” ni con esos mensajes que leemos en tantas partes.
Entonces, surge la idea de que quienes estamos mal somos nosotros, porque seguimos sintiendo enojo, miedo, tristeza, preocupación, a pesar de lo únicos y especiales que somos.
¿Qué estamos haciendo mal?
No estamos haciendo nada mal, lo que sucede es que no podemos reducir la vida a una visión tan simplista y equivocada porque no, no logramos la felicidad por desearla ni el éxito por pedirlo al universo.
La felicidad y el éxito no son lo mismo para todos y por tanto las recetas no pueden ser universales, no se logran a través de minimizar las circunstancias o aferrándonos a la ciega esperanza de que todo estará bien solo porque lo deseamos.
El gran problema de este exceso de positivismo es que no es sostenible y justamente eso, es lo que genera culpa al no lograr ése tan esperado cambio solo por desearlo o por no poder mantener una sonrisa todo el tiempo. En una época donde la ansiedad y la depresión son trastornos tan comunes, no podemos seguir cayendo en el autoengaño de que existen recetas estandarizadas para el bienestar.
¿Qué podemos hacer?
Aceptar que nuestras emociones no son positivas ni negativas, que son la forma en que nos relacionamos con los demás, de como entendemos el mundo y tenemos todo el derecho de experimentarlas todas.
Que no existen soluciones mágicas, ni pastillas de la felicidad, que el verdadero cambio (el duradero y sostenible) no se logra en dos días, se logra con trabajo diario, con responsabilidad, con el contacto profundo con nosotros mismos para conocer nuestras necesidades y vacíos.
Debemos aceptar que quizás no logremos un éxito digno de premios internacionales, pero podemos lograr independencia, autoconocimiento, bienestar real y paz, lo cual podríamos decir, se acerca a un concepto más profundo de felicidad.
Por tanto, cuando nos topemos con todo ese positivismo barato, ya sea en imágenes, libretas, tazas o libros, entendamos que son eso, adornos y comprémoslos porque lucen bien, pero no pretendamos encontrar las respuestas de nuestras preguntas más íntimas en el marketing.
Espero que lo anterior les haya sido de utilidad y recuerden que pueden hacernos llegar sus comentarios o sugerencia, a través de nuestras redes sociales.
¡Hasta pronto! Nos leeremos nuevamente desde el diván.
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GABRIELA FORTIS VELASCO es tanatóloga poblana especialista en atención ante muertes de seres queridos y separaciones