Ante esta situación, los líderes del bloque europeo han llamado a los expertos que generan mayor consenso para dirigir sus instituciones clave.

Aunque la importancia de la Unión Europea en el escenario mundial se ha incrementado, sus políticas se están fragmentando: los movimientos más pequeños e ideológicos, como los populistas y los nacionalistas, han logrado avances que debilitan a los partidos tradicionales que históricamente se ubican hacia el centro del espectro político.

Ante esta situación, los líderes del bloque europeo han llamado a los expertos que generan mayor consenso para dirigir sus instituciones clave. Estos son los principales funcionarios de esta etapa de la Unión Europea.

La primera lideresa de la burocracia europea

La ministra de defensa de Alemania, la dirigente de centroderecha Ursula von der Leyen, regresará a su ciudad natal, Bruselas, una vez que se confirme su cargo como directora de la Comisión Europea, la institución más importante de la UE que también fue dirigida por su padre, el político alemán Ernst Albrecht.

Los Cabos, un destino generoso y aventurero

Doctora en medicina y economista de formación, también es miembro de la Unión Demócrata Cristiana, el partido de la canciller Angela Merkel. Es probable que en su nueva posición impulse una mayor integración europea lo que será música para los oídos de gran parte de los 32 mil  funcionarios que integran su personal, pero no tanto para los líderes escépticos de países como Hungría y Polonia, a quienes les gustaría centrarse en las prioridades de sus naciones.

Von der Leyen fue la primera mujer en ser ministra de defensa de Alemania y anteriormente se desempeñó como ministra de Asuntos de Familia y Juventud en el gabinete de Merkel. Su objetivo de lograr una Europa más integrada (en 2015 le dijo al semanario alemán Die Zeit que le gustaría que sus nietos vivieran en un “Estados Unidos de Europa”) podría ser difícil en un momento en que una parte pequeña pero importante de los países miembro revisa su compromiso con el bloque.

También ha expresado su apoyo a la idea de tener un ejército europeo, una posición bastante extrema incluso entre los llamados federalistas a quienes les gustaría que algunas instituciones nacionales fuesen eliminadas y remplazadas por otras de la Unión Europea.

Una de las principales prioridades de Von der Leyen será supervisar la implementación de algún tipo de brexit. Aunque lamentó la retirada del Reino Unido de la Unión Europea, también dijo que esa situación ha generado un pragmatismo que es muy necesario en Europa.

De Washington a Frankfurt: Christine Lagarde

Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, presidirá el Banco Central Europeo. Lagarde, de 63 años, ha dirigido el FMI desde 2011, elevando su perfil, aunque no sin controversias, en medio de la crisis financiera mundial y la crisis de la eurozona.

Aunque no tiene una formación en economía, Lagarde fue una destacada abogada corporativa especializada en antimonopolio con una importante empresa con sede en Chicago, Baker & Mackenzie. Subió de rango para liderar a esa firma en Europa Occidental y se convirtió en su primera presidenta en 1999.

A mediados de la década de 2000, Lagarde volvió a la vida pública en Francia ocupando varios cargos en el gabinete de la presidencia de Nicolas Sarkozy, incluido el de ministra de Finanzas. A Lagarde se le atribuye la restauración del prestigio del FMI después de remplazar a Dominique Strauss-Kahn, quien fue acusado de agresión sexual en un caso que luego fue desestimado.

En 2011 se vio envuelta en una investigación de corrupción que involucró a un empresario francés, aunque ella misma no era sospechosa en el caso. En 2016, un tribunal francés declaró a Lagarde como culpable de negligencia en relación con el mismo caso, pero el tribunal no impuso una sanción.

Lagarde fue nombrada directamente para el Banco Central Europeo y su cargo no requiere confirmación. En general es considerada como una negociadora fuerte y enérgica, cualidades que necesitará para coordinar la política monetaria y las principales decisiones económicas de las 19 naciones, que incluyen a unos 340 millones de personas que usan el euro.

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