El Gran Premio (GP) de Singapur es la llave o el fin del camino en la temporada 2025 de la Fórmula 1. De lo que pase en el circuito callejero de Marina Bay depende lo que veremos en el resto del calendario, que una vez que caiga la bandera a cuadros sólo serán seis Grandes Premios más.

Si Red Bull encontró en las actualizaciones que llevaron a Monza y Baku el balance y la predictibilidad que se puede replicar en otro tipo de pistas, entonces, sí podemos decir que Max Verstappen es un contendiente real al campeonato de pilotos.

Desde marzo era predecible que el RB21 tiene su fortaleza en la habilidad de Verstappen para controlarlo con fineza en pistas de baja carga aerodinámica, es decir con rectas largas, curvas de alta velocidad. Tales son los casos de las mencionadas pistas de los Grandes Premios de Italia y Azerbaiyán y lo mismo es muy probable que se replique en Las Vegas.

Así, con bajo downforce, Max pudo impartir algunas lecciones gratuitas en Suzuka, apretar a los McLaren en Arabia Saudita, vencer en Imola, Monza y Baku, pero hay motivos para pensar que ahora podría sufrir mucho menos, incluso disfrutar, el trámite de curvas lentas y medias que han sido su punto débil desde hace un tiempo.

El fondo plano o piso que estrenaron en Monza, además de una puesta a punto que logra el balance y control con una nariz del coche bien fija y una parte trasera suelta, consiguieron que Verstappen elogiara el auto, como el mejor que ha conducido en mucho tiempo.

¿Qué hace a un auto más manejable o mejor para un piloto? Simplemente que el auto haga las cosas que el piloto espera bajo diferentes circunstancias en cada vuelta. Que sea predecible y que eso le dé la confianza al piloto de buscar los límites. Si Red Bull ha conseguido eso, cuidado McLaren, que aunque el título e Constructores ya esté, prácticamente, en su bolsa, el de pilotos podría ponerse en entredicho.

Si en Singapur Verstappen está a la par o muy cerca de los McLaren de Oscar Piastri y Lando Norris, que todo el año se han visto mandones en pistas de alta carga aerodinámica como esta, entonces el Red Bull se podría decir que tiene el potencial para ser competitivo también en Austin, México, Brasil, Qatar, Abu Dhabi, y, por supuesto, Las Vegas.

En pocas palabras, tendríamos campeonato, la lucha estaría viva y no color papaya encendido, como la vemos ahora.

Verstappen es garantía como piloto, pero requiere errores de Piastri

Demos por descontado el supuesto que el RB21 vuelve a ser fuerte en la recta final de la temporada, entonces recaería en Max Verstappen el llevarlo al escalón más alto del podio todas las veces que sea posible.

Las matemáticas, que no conocen de milagros ni se acomodan a caprichos, nos dicen que si Verstappen tuviera auto para ganar en los siete Grandes Premios que restan, además de las tres Sprint (Austin, Brasil y Qatar) y Piastri fuera segundo en cada oportunidad, Max sólo descontaría 52 de los 69 puntos que lo separan del australiano, actual líder de la clasificación general.

Verstappen necesita que se manifieste un Piastri que no se conoce, el Piastri presionado, que cometa errores, uno tras otro y que pierda la consistencia que lo ha caracterizado en su carrera en la F1.

Si bien Piastri tuvo su peor fin de semana en Baku, donde se estrelló tres veces en el mismo lugar y perdió las rachas de 44 carreras terminadas en forma consecutiva, 42 de ellas en los puntos y 34, si no se toma en cuenta la Sprint, es difícil de creer que Oscar vaya a empezar ahora una seguidilla de carreras erráticas.

La lógica indica que el fin de semana lleno de goteras y resquebraduras de Baku, fue sólo eso, un mal fin de semana y Piastri volverá a ser ese frío amo de la regularidad que ha sumado 14 podios y 7 victorias en 17 fechas que se han cumplido en el itinerario de la Fórmula 1, hasta ahora.

Red Bull y Verstappen necesitan, al menos, un DNF de Piastri para soñar con que se dé una remontada épica, insisto, eso en el supuesto que Max pueda ganarlo todo.

Lando Norris es más «poroso», pero no está pintado

En el mundo de las especulaciones no hay que dejar cabos sueltos y quien descarte que el otro McLaren está vivo en la lucha, puede cometer un grave error.

Lando Norris, si bien ha sido más inestable que Piastri, podría, si es que no se impiden las «Papaya rules», convertirse en un aliado involuntario de Red Bull y Verstappen. ¿Cómo? Pues, simplemente si se coloca entre Max y Oscar en algunas carreras.

Eso daría un margen más amplio de puntos a favor del «enemigo», aunque claro, Andrea Stella y su jefe Zak Brown pueden, y seguramente lo harán, moldear estrategias para que, por el contrario, Lando trate siempre de estar delante de Verstappen, para que sea Piastri quien se separe del neerlandés.

Planearlo, decirlo y hacerlo son cosas diferentes. Si McLaren tiene que dar una orden que invierta el orden de sus pilotos con el fin de que alguno de ellos sea campeón y se acabe la amenaza de Verstappen, lo harán, eso ténganlo por seguro.

Una vez más, lo que se ha visto toda la temporada ha sido un dominio de McLaren y quien tiene que colarse a la fiesta sin tener invitación es Verstappen.

El GP Singapur, la pista más demandante, físicamente hablando, para los pilotos en todo el año, esa donde pierden tres kilos por la extrema humedad y el trazado que no da tregua con 17 curvas que se suceden una a otra, llena de ondulaciones y brincos será la medida para conocer si el título está entre Piastri y Norris o, si por el contrario, Verstappen puede ponérselos difícil.

La respuesta a todo esto se verá en la pista y nada más, ahora mismo nadie lo sabe: ¿El progreso de Red Bull si todo fue un espejismo o nos espera el ataque de Verstappen para descontrolarlo todo? Ya veremos.

Con información de ESPN Digital

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