Como símbolo de esta iniciativa, algunos de los habitantes de la isla ya han colgado sus relojes en el puente que permite el acceso a la isla. 

La isla noruega de Sommaroy, situada en el municipio de Tromso al norte del Círculo Polar Ártico, disfruta de 69 días de sol ininterrumpido sin oscuridad -la luz del día es constante desde el 18 de mayo hasta el 26 de julio- y busca eliminar los horarios de sus relojes para convertirse en una «zona libre de tiempo», de tal manera que los horarios de los comercios y de las escuelas puedan ser organizados por los mismos habitantes con mayor flexibilidad en función de sus intereses.

La pesca y el turismo son las principales actividades de las que viven los habitantes de Sommaroy. El lugareño que ha impulsado la campaña , Kjell Ove Hveding, ha asegurado en declaraciones para la radio noruega NRK que vivir sin horarios es «una práctica común para muchas generaciones», y subraya que los pescadores locales a menudo «pasan los días en el océano» sin tener en cuenta el calendario y que los niños juegan en el parque en cualquier momento del día. 

En la página de Facebook de la campaña de Sommaroy, `Time Free Zone´ – en español «zona libre de tiempo» – los habitantes de la llamada «Isla de verano» muestran su día a día en la isla y cómo para ellos es «normal» tomarse un café, tumbarse en la playa o pasear en barco a las dos de la madrugada mientras disfrutan del «sol de medianoche».

Algunos habitantes de la isla, como una recepcionista del hotel Sommary Arctic Hotel, se muestran escépticos y reconocen que este nuevo sistema de vida puede conllevar nuevos «desafíos para los huéspedes», en relación a los horarios de entrada y de salida de las habitaciones, la apertura del bar y del restaurante.

Por su parte, los funcionarios del turismo de la isla, han subrayado para NRK que eliminar los horarios es una maniobra que les permitiría «ser un destino para todo el año», ya que son una isla principalmente turística.

Como símbolo de esta iniciativa, algunos de los habitantes de la isla ya han colgado sus relojes en el puente que permite el acceso a la isla.