Su equipo también se llevó el Mundial de Resistencia (WEC) tras sumar 198 puntos. Aunque esto era algo más previsto.

Fernando Alonso ganó por segunda vez consecutiva las 24 horas de Le Mans. El Toyota TS050 Hybrid número 8 conducido por el asturiano, Sebastien Buemi y Kazuki Nakajima se adjudicó de nuevo la mítica prueba después de que el monoplaza que iba primero, también de la escudería japonesa (el número 7), pinchara a falta de una hora para su conclusión.

Además, el equipo de Alonso se llevó el Mundial de Resistencia (WEC) tras sumar 198 puntos (41 más que el segundo), aunque esto era algo más previsto ya que le bastaba una séptima posición en Francia para lograrlo.

Cuando todo estaba preparado para que el coche del argentino Pechito, el inglés Mike Conway y el nipón Kamui Kobayashi cantara victoria en el circuito de La Sarthe (13,6 kilómetros), un pinchazo provocó un vuelco en la prueba, que pasó a liderar Nakajima.

El Toyota número 7 había logrado la pole y liderado gran parte de la carrera. Sin embargo, un pinchazo, con el piloto sudamericano al volante, le obligó a detenerse y eso le hizo perder la ventaja que llevaba. Al final de las 385 vueltas, el Toyota número 8 cruzó la línea de meta con 15 segundos de ventaja y repitió el resultado del año pasado. Pechito, Conway y Kobayashi volvieron a quedar segundos, en Le Mans y en la clasificación del Mundial de Resistencia.

Se trata del cuarto Mundial en la trayectoria del piloto asturiano. Alonso, que firmó las 32 victorias que cuenta España a lo largo de toda su historia en Fórmula 1, cerró su participación en el WEC (un campeonato que no disputará la próxima temporada) con cinco triunfos -las dos de Le Mans; las dos que consiguió en las Seis Horas de Spa-Francorchamps (Bélgica) y la de las 1.000 Millas de Sebring (Florida, EE UU)- y con dos segundos puestos: los que obtuvo en las Seis Horas de Fuji (Japón) y en las Seis Horas de Shanghái (China).