Las historias de estas tres familias concuerdan en que si sus descendientes optaron por migrar a un país extraño fue por la pobreza y la falta de oportunidades.
Los ojos de Ricardo Torres Iturbide, Anita García Moreno y Angelina Reyes Silva brillan cuando piensan en que pronto volverán a ver a sus hijos. Dejaron de verlos hace 17, 18 y 20 años, respectivamente, luego que decidieron buscar una vida mejor en Estados Unidos.
Las historias de estas tres familias concuerdan en que si sus descendientes optaron por migrar a un país extraño, a cientos de kilómetros de distancia sus familias y con los riesgos que supone internarse sin ningún documento que acredite su estancia, fue por la pobreza y la falta de oportunidades.
Durante entrevistas con Urbano Puebla, comentan que en todos los casos, los hijos dejaron sus lugares de origen cuando eran muy jóvenes. Sus edades oscilaban entre los 17 y 18 años de edad, sólo la hija de don Ricardo se fue a los 22 años, ya casada y con hijos.
Ello hizo los muchachos que crecieran personal y profesionalmente, encontraran el amor y formaran sus familias lejos de sus padres, quienes ahora sólo han podido conocer a sus nietos a través de fotografías.
Doña Angelina es oriunda de Cuacnopalan y sus ojos se cristalizan cuando recuerda el día en que dos de sus seis hijos le dijeron, hace 20 años, que habían decidido alcanzar a sus tíos en la Unión Americana.
“Fue triste. Es que tengo allá unos hermanos y los invitaron a irse, y me dijeron: ¿Cómo ve, mamá? Queremos irnos para allá (Estados Unidos) y con la tristeza y todo, pues se fueron… Sin papeles… Con pollero… Me preocupé mucho, porque primero se fue el más grande y luego el otro”.
Hoy asegura que está emocionada porque por fin podrá verlos de nuevo y abrazar a sus nietos, con quienes sólo ha hablado por teléfono.
La señora Anita García y su esposo son de Coatzingo, en Izúcar de Matamoros, y dejaron de ver a sus hijos cuando eran adolescentes y se fueron, sin apoyo de ningún pollero o de algún familiar, a buscar trabajo en Los Ángeles, California.
Ellos toman la partida de sus hijos con más ánimo y consideran que salieron de su lugar porque “la juventud ya no quiere estar” cerca de sus padres; pero ello hizo que tampoco pudieran conocer a sus nietos.
Por eso, ahora que pasarán tres semanas con ellos, se dicen animados de poder abrazarlos, pues no saben si podrán repetir la experiencia. Igual lo hará don Ricardo Torres con su hija, Sofía, a quien no ha visto en los últimos 20 años, luego que se fue para alcanzar a su esposo, quien había migrado para obtener trabajo en los Estados Unidos.
Explicó que desea ver a sus nietos, especialmente, a una pequeña que dejó de ver a los siete años de edad, luego que sus padres la dejaron a su cuidado por cerca de cuatro años y que ahora está por cumplir 20 años edad.
Don Ricardo reconoce que le gustaría ver más seguido a su familia; pero señaló que la situación es mejor para ellos en Estados Unidos, sobre todo porque ambos, su hija y su yerno, tienen trabajos estables y su nieta se apegó al programa de Dreamers para tener acceso a la educación universitaria.
Estas tres familias son parte de las 150 que con recursos y gestiones del Programa Raíces de Puebla, de la Secretaría General de Gobierno (SGG), viajarán a Los Ángeles, California, para reunirse con sus familias.
Para ello, se les apoyó con la tramitación de visas y el pago de los traslados a la Unión Americana, lo que costará alrededor de tres millones de pesos, según informó el secretario General de Gobierno, Fernando Manzanilla Prieto.