En resumen, como todos saben cuál es el final, pues tienen poco interés. Sin remedio, el abstencionismo será el ganador… parece.
¡Alguna vez pensó que en menos de un año tendría que votar en dos ocasiones en sendas elecciones de gobernador de Puebla?
Pues estamos a un mes de que esto suceda.
El próximo 2 de junio, más de 4.5 millones de poblanos volverán a elegir gobernador.
A diferencia de lo sucedido el pasado 1 de julio, cuando casi 68 por ciento del electorado depositó sus sufragios, este 2019 se ve difícil derrotar al abstencionismo.
Como sucede en las elecciones intermedias o como sucedió en 2016, cuando resultó electo José Antonio Gali Fayad, calculan que la participación ciudadana será inferior a 50 por ciento.
Y en una de esas, podría repetirse lo sucedido el 5 de junio de hace tres años, cuando menos de 43 por ciento de los poblanos cumplió con este debe cívico.
En esa ocasión, Gali Fayad obtuvo casi 806 mil sufragios; en tanto, el segundo lugar, Blanca Alcalá, estuvo a punto de acumular 597 mil.
Estos raquíticos número palidecen con los comicios de 2018, cuando oficialmente Martha Erika Alonso consiguió más de un millón 153 mil votos, y Luis Miguel Barbosa Huerta más de un millón 31 mil.
Nunca en la historia poblana, dos candidatos habían obtenido más de un millón de votos cada uno.
A 10 meses de distancia de ese momento, sin olvidar que la elección local estaba empatada con la presidencial y que además estaban en juego senadurías, diputaciones federales y estatales, más alcaldías, se ve casi imposible que haya una votación copiosa; es más, no se prevé siquiera que la mitad de los electores llegue a las urnas.
¿Las razones?
De entrada, que sólo está en juego el cargo de gobernador, aunque hay otras cinco alcaldías: Ahuazotepec, Cañada Morelos, Mazapiltepec de Juárez, Ocoyucan y Tepeojuma.
Pero, sobre todo, porque las elecciones no’más no prenden, aunque entre los abanderados, todos varones, se dan uno que otro al jab, uno que otro uppercut, que denuncian ser víctimas de guerra sucia, que se acusan mútuamente de corruptos.
No hay efervescencia política como hace un año.
Quizá también es consecuencia de que el puntero en esta carrera de dos meses: Barbosa, parece inalcanzable.
Y no es para menos, si tomamos en cuenta que a la fecha tiene más de 20 puntos porcentuales de ventaja sobre el segundo lugar: Enrique Cárdenas Sánchez.
Ya ni les cuento quién va en tercer lugar (por no decir en último lugar): Alberto Jiménez Merino, quien antes de despegar con el apoyo de su padrino político: Mario Marín Torres, le cortaron las alas con el caso reforzado de Lydia Cacho Ribeiro y el góber precioso.
En resumen, como todos saben cuál es el final, pues tienen poco interés.
Sin remedio, el abstencionismo será el ganador… parece.
Y recuerde:
Nadie es completamente bueno, ni completamente malo