La producción de alimentos involucra problemas relacionados con el uso de fertilizantes, enfermedades y manejo de plagas. Entre éstas últimas destaca la “gallina ciega” o larvas de Coleópteros: Melolontidos, de las que algunas de sus especies ocasionan daño radicular en más de 40 cultivos alimenticios, lo que provoca desde una apariencia amarilla en las plantas hasta la pérdida total de la cosecha.
Para evitar el efecto nocivo de productos químicos usados para abatir a estos “gusanos blancos”, la doctora Betzabeth Cecilia Pérez Torres, investigadora del Centro de Agroecología del Instituto de Ciencias de la BUAP (ICUAP), estudia su comportamiento biológico, a través de la identificación de especie, hábitos alimenticios y ciclo de vida, para incidir en su reproducción.
Con esta información, la investigadora del ICUAP, especialista en el ciclo de vida de insectos, propone un manejo agroecológico a los productores para ayudarlos a reducir su elevada población.
La “gallina ciega” (Phyllophaga spp) es una larva de escarabajo que se alimenta de las raíces, lo que provoca un estrés hídrico y a la larga la muerte de la planta. Esta plaga es un problema complejo porque involucra diversas especies presentes en el suelo, además su ciclo de vida es muy largo, entre uno y dos años. De ahí la importancia de combinar diferentes métodos de control.
Como habitan en el suelo hay que hacer cámaras de crías para saber la relación larva-adulto. Para ello, recolectamos las larvas, las depositamos en un recipiente de plástico con suelo del sitio de la colecta, las alimentamos con rodajas de zanahoria y las mantenemos hasta su adultez o viceversa, desde el espécimen adulto hasta llegar a la larva. Un porcentaje de las muestras se colocan en una solución de líquido pampel y después se pasan por etanol para su conservación”, detalló la académica nivel I del Sistema Nacional de Investigadores del Conahcyt.
Betzabeth Cecilia Pérez Torres, doctora en Ciencias Ambientales por el ICUAP, explicó que un método de control de la «gallina ciega» en estado adulto -los llamados mayates sanjuaneros, escarabajos o temoles, dependiendo de la región que habiten- es colocar trampas de luz fluorescente durante el tiempo de vuelo.
El método propuesto consiste es usar lámparas tipo embudo que se encienden por la noche, entre las 20:00 y 22:00 horas aproximadamente, horario en el que salen los adultos, los cuales al tener fototropismo positivo son atraídos por la trampa de luz. Debajo de las lámparas se coloca un recipiente con agua jabonosa para que caigan ahí y mueran. Con ello, se reduce el número de hembras ovipositantes”, concluyó la investigadora.
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