Una de las formas más efectivas de proteger la vida de los motociclistas es el uso de cascos certificados y seguros, los cuales, pueden reducir hasta en un 72% la probabilidad de sufrir lesiones graves y hasta en un 39% la probabilidad de muerte. Sin embargo, no todos los cascos en el mercado cumplen con los estándares de seguridad, expuso el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP) México.

La organización refiere que aunque la NOM-206-SCFI/SSA2-2018 (NOM 206) establece los criterios para la fabricación y comercialización de cascos de seguridad, un estudio del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (2023) y datos de STCONAPRA (2022) revelan que la mayoría de los cascos disponibles en el mercado no cuentan con certificación internacional ni cumplen con la norma vigente. Además, solo el 65% de los motociclistas encuestados usan cascos que cumplen con los estándares de seguridad oficiales.

Según ITDP México a cinco años de su aprobación, la NOM 206 debe revisarse para fortalecer los mecanismos de certificación y garantizar que los cascos vendidos en México realmente protejan la vida de los motociclistas.

Propone a corto plazo (año 2025): desarrollar y fortalecer los mecanismos de vigilancia de cascos importados certificados con normas internacionales.

Para mediano plazo (año 2027) su propuesta es desarrollar una Norma Oficial Mexicana basada en el estándar UN/ECE 22.05. Para garantizar que los cascos en México cumplan con los más altos estándares de seguridad. “Planteamos desarrollar una nueva versión de la norma basada en el estándar UN/ECE 22.05. Sin embargo, esto solo será viable cuando exista un laboratorio capaz de realizar las pruebas técnicas necesarias”.

Según la organización, en los últimos años, el uso de motocicletas en México ha crecido exponencialmente. Apunta que entre 2016 y 2021, el número de motocicletas en el país aumentó en 95.4%, lo que ha generado una mayor vulnerabilidad para quienes las conducen. Entre 2013 y 2021, las muertes de motociclistas en siniestros viales aumentaron 93.5%, y en dos décadas, su representación en las fatalidades viales pasó del 6% en el año 2000 al 25% en 2020.

Con información de El Economista.

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