La noche del jueves, el envenenamiento de diez perros callejeros en el municipio de Nopalucan, Tlaxcala, provocó gran indignación entre defensores de animales y la comunidad en general.
Según la Fundación Orejitas de Gala, los perros consumieron carne envenenada que alguien colocó en una bolsa negra con la intención de matarlos. Los animales mostraron síntomas severos como temblores, salivación excesiva y sangrado nasal antes de morir.
La Dirección de Protección Civil del municipio recibió la denuncia y acudió al lugar, pero no logró salvar a los perros. Las autoridades municipales y estatales realizaron una inspección en la calle Xicohténcatl, donde hallaron los cuerpos de los animales.
Fernando Pineda Pérez, jefe del Departamento de Recursos Naturales de la Procuraduría del Medio Ambiente, encabezó la inspección y destacó el compromiso del gobierno para apoyar en el proceso de investigación y sancionar a los responsables. El municipio afirmó que colaborará en todo lo posible para esclarecer los hechos y garantizar que se haga justicia por este acto de crueldad animal.
Con información de Cuarto de Guerra.
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