La extorsión es uno de los delitos que más ha crecido en México en la última década, según los datos proporcionados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Entre 2015 y 2024, las cifras oficiales revelan un incremento constante tanto en términos absolutos como relativos, convirtiéndolo en un problema de seguridad pública de gran impacto.
A lo largo de este periodo, el número de casos denunciados de extorsión ha mostrado un aumento significativo. En 2015, la tasa de extorsión fue de 4.91 por cada 100 mil habitantes.
Sin embargo, entre 2015 y 2017, la media anual fue de 4.82, mientras que entre 2018 y 2020 subió a 6.13, y desde 2021 hasta 2024, la tasa anual promedio alcanzó los 7.6 delitos de extorsión por cada 100 mil personas.
Este crecimiento también se refleja en los números absolutos de víctimas. En 2015, el número de denuncias alcanzó las 5,277, cifra que se mantuvo casi constante durante los dos años siguientes. A partir de 2018, sin embargo, el número de denuncias aumentó considerablemente.
En 2019, se registraron 8,523 víctimas, un aumento de más del 61% respecto a 2015, y para 2021 la cifra llegó a 9,407, representando un incremento del 78%.
Los años siguientes marcaron un nuevo récord, con 11,041 víctimas en 2022, descendiendo ligeramente a 10,975 en 2023 y 10,849 en 2024, lo que implica un aumento total de más del 105% en una década.
Este patrón de crecimiento constante en las tasas de extorsión resalta la urgencia de abordar este delito como una de las principales amenazas a la seguridad y la estabilidad social en México.
La extorsión, que afecta principalmente a los negocios y ciudadanos comunes, se ha convertido en una amenaza visible y creciente, que demanda una respuesta más eficaz por parte de las autoridades de seguridad.
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