El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció este martes que la “Mona Lisa” contará con su propia sala exclusiva dentro del museo del Louvre en el marco de una importante renovación y expansión del emblemático edificio parisino que durará hasta 10 años.
El proyecto de renovación, denominado “Nuevo Renacimiento del Louvre”, incluirá una nueva entrada cerca del río Sena, que se abrirá para 2031, y la creación de salas subterráneas, dijo Macron en un discurso desde la sala del Louvre donde se exhibe la obra maestra de Leonardo da Vinci.
Macron no reveló el costo, que se estima en cientos de millones de euros, para modernizar el museo más visitado del mundo, plagado de multitudes y con instalaciones obsoletas. Sin embargo, se estima que podría alcanzar hasta 800 millones de euros (US$ 834 millones).
La última renovación del Louvre data de la década de 1980, cuando se inauguró la icónica pirámide de vidrio. Ahora, el museo ya no cumple con los estándares internacionales.
Una mirada a lo que está en juego:
¿La Mona Lisa tendrá su propia sala?
Macron dijo que la expansión del museo permitirá que la “Mona Lisa” se traslade a una nueva sala específica, accesible para los visitantes mediante un boleto especial. Eso hará que la visita sea más sencilla para quienes quieran ver la pintura y facilitará la vida de otros visitantes en el resto del museo, detalló.
La “Mona Lisa” se exhibe ahora detrás de un cristal protector en la sala más grande del museo, abarrotada con largas y ruidosas colas de visitantes ansiosos por tomar un selfie con la obra maestra de Leonardo da Vinci. Eso hace que algunas otras pinturas en la sala de los mayores pintores venecianos como Tiziano y Veronés pasen desapercibidas para muchos.
La última gran renovación del museo en la década de 1980 fue diseñada para recibir 4 millones de visitantes anuales.
El año pasado, el Louvre recibió 8,7 millones de visitantes, más de tres cuartas partes extranjeros, principalmente de Estados Unidos, China y países vecinos como Italia, el Reino Unido, Alemania y España.
Una renovación costosa y compleja
Macron dijo que se creará una nueva entrada para el Louvre cerca del río Sena antes de 2031, la cual se financiará con la venta de boletos, patrocinio y dinero por licencias de la sucursal del museo en Abu Dhabi.
Se llevará a cabo un concurso de diseño en los próximos meses, dijo. Además, se crearán algunas nuevas salas subterráneas para expandir el museo.
Un alto funcionario francés dijo que el costo de la renovación se estima en 700 a 800 millones de euros (US$ 730 a 834 millones) durante los próximos diez años, incluyendo la mitad para la creación de la nueva entrada. El funcionario no pudo ser nombrado conforme a las prácticas habituales de la presidencia francesa.
Macron dijo que se aumentarán los precios de los boletos para los visitantes extranjeros de fuera de la Unión Europea, desde los 22 euros (US$ 23) actuales. Prometió que el museo será más seguro y cómodo tanto para el público como para el personal.
La mitad del presupuesto del Louvre está siendo financiada actualmente por el Estado francés, incluyendo los salarios de los 2.200 empleados.
La otra mitad procede de fondos privados, como la venta de entradas, los ingresos de restaurantes, tiendas y reservas para actos especiales, así como de mecenas y otros socios.
Filtraciones de agua y otros daños
El anuncio de la renovación llega después de que la directora del Louvre, Laurence des Cars, expresara sus preocupaciones en una nota a la ministra de Cultura, Rachida Dati, a principios de este mes, diciendo que el museo está amenazado por la “obsolescencia”.
Según el documento publicado por el periódico francés Le Parisien, advirtió sobre la degradación gradual del edificio debido a filtraciones de agua, variaciones de temperatura y otros problemas que “ponen en peligro la preservación de las obras de arte”.
La pirámide que sirve como entrada al museo, inaugurada en 1989 como parte del proyecto del fallecido presidente François Mitterrand, ahora parece desactualizada. El lugar no está adecuadamente aislado del frío y el calor y tiende a amplificar el ruido, haciendo que el espacio sea incómodo tanto para el público como para el personal, destacó des Cars.
Además, el museo sufre de una falta de ofertas de comida y de instalaciones de baños, dijo.
(CNN)
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