Sabemos los riesgos y tenemos los papeles a la mano, afirman las vecinas de la comunidad aledaña al coloso.

Ante la constante actividad volcánica, mujeres de Tepetitla de Lardizábal le hablan con amor a “Don Goyo” y, aunque su vida transcurre con normalidad, se mantienen alertas en caso de alguna contingencia.

En este municipio cercano al volcán Popocatépetl, habitan unas tres mil 366 personas, distanciadas a unos 60 kilómetros del cráter.

Con toda calma, los hombres que se dedican a la siembra de hortalizas observan las panorámicas de gas y ceniza que exhala el coloso.

Los de más edad, que no salen de sus viviendas, dicen que mientras no haya anuncios en la radio todo está normal.

Aunque comentan que cae ceniza y por la noche se ven incendios forestales en las faldas del volcán.

Ahí, Amalia Flores comenta que cada que “Don Goyo” registra fumarolas y explosiones oran a Dios.

Don Goyito no te enojes con nosotros, no te hacemos nada; le hablamos con amor, aunque ya nos dijeron que debemos tener los papeles a la mano y, en caso de que llegue la lava, hay que salir corriendo, expresó.

La mujer, de 62 años, dijo que cada tres de septiembre festejan a San Gregorio, por lo que los peregrinos le llevan danzas, bebidas y comida como mole y tamales.

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