Ismael “El Mayo” Zambada reflexionó acerca de los peligros que conlleva estar en el crimen organizado mientras relató un poco cómo eran sus días antes de ser arrestado por primera vez desde que cofundó el cártel de Sinaloa junto a “El Chapo” Guzmán y “El Güero” Palma.
Julio de 2024 quedó marcado para el nacido en el Álamo, Culiacán, cuando fue detenido por las autoridades estadounidenses una vez que llegó a su territorio en una pista de aterrizaje clandestina, esa fecha también lo marcó tras conceder una última entrevista en libertad para continuar con la segunda parte prometida a Julio Scherer.
María Scherer, la hija del periodista Julio Scherer, fue contactada para visitar y hablar con Zambada García que para llegar con él tuvo que sortear caminos estrechos y áridos de la sierra sinaloense para por fin ver al lider narco ahora de 74 años de edad parado en el último escalón de un zaguán.
“El Mayo” vistiendo pantalón y zapatos deportivos con una playera polo de la marca Boss camina junto con la periodista para entrar al inmueble donde estaba puesta la mesa y un grupo de cocineras les ofrecieron desayunar: café, jugos, fruta, machaca, requesón, frijoles, salsas y hasta tortillas hechas a mano, relató la comunicadora.
¿Cómo eran los días de “El Mayo” antes de ser arrestado?
Al preguntar a Ismael Zambada cómo estaba, el capo dijo que aunque está muy flaco, está bien y le mostró una enorme cicatriz gruesa en su rodilla y describe que lo operaron al romperse el fémur dos veces, por lo que tuvo que someterse a un largo periodo de rehabilitación que se extendió a finales de enero de 2024.
“El Mayo” describió una vida tranquila en la sierra sinaloense y se describió como un hombre de rutinas, ya que afirmó que duerme poco y comienza su día cuando se levanta alrededor de las 4:00 de la madrugada para iniciar su paseo en el monte, ya que el calor que se asoma desde la mañana arde, dijo citado en la crónica de Proceso.
Zambada mostró un par de cuadros, en uno en blanco y negro están sus padres, y en el otro la pintura de un hombre, “su compadre”, describió y no es Guzmám Loera. Debajo de esa pintura está una frase de Mahatma Gandhi sobre el pacifismo así como el Salmo 91 sobre la confianza en el cuidado de Dios.
(EL HERALDO DEMÉXICO)
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