La presa de Valsequillo también enfrenta problemas por el cambio climático y el crecimiento de la población.
En el foro sobre el Día Mundial del Agua en el Centro Municipal ¡Vive Atoyac! autoridades estatales reconocieron que en el monitoreo que han hecho al afluente se han encontrado efectos nocivos del huachicol.
En la exposición sobre la actividad de vigilancia que se realiza desde la Secretaría de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial, se explicó que en puntos de monitoreo en las barrancas Honda y del Conde, ubicadas al norte de la zona metropolitana, se han encontrado con muestras que reflejan la presencia irregular de hidrocarburos.
Explota pipa en bodega huachicolera de Tepeaca Agua de Puebla provoca fuga de gas y evacuación en Bosques «Resulta que en esta parte hay huachicoleo, entonces sí detectamos alguna parte que, yo creo, se les llega a regar y, en efecto, se están viendo algunos componentes de gasolina», explicó el ponente David Hernández.
En otros puntos de monitoreo, agregó, lo que encuentran con mayor frecuencia son químicos que se relacionan con la actividad de la industria textil y que tienen relación con fábricas que están dentro y fuera de parques industriales.
En el foro también se expusieron los riesgos a los que se enfrentan tanto el Atoyac como la presa de Valsequillo, no sólo en materia de contaminación sino por los cambios climáticos y el crecimiento poblacional.
Actualmente, explicó Ernesto Mangas, académico en el área de Biología de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), la contaminación ha llevado a que los cuerpos de agua vean reducida su capacidad de almacenamiento en un 55.7 por ciento.
Asimismo, detalló que existen cálculos de una vida útil de la presa hasta el año 2063, por lo que los diferentes actores sociales deben coordinarse para generar nuevas políticas públicas en torno a Valsequillo.
«Esto es importante decirlo porque hay que hacer planes de manejo para retardar este proceso y aumentar el tiempo de vida útil para este sistema», comentó. Al respecto se destacó como un ejemplo, lo que comienza a observarse en la zona de Tecamachalco donde se consideraban reservas para riego que cada vez tienen menos líquido.