La silueta de un hombre con bigote largo, sobrero de charro y con carrillera de balas, es testigo de millones de historias.
La silueta de un hombre con bigote largo, sobrero de charro y con carrillera de balas, es testigo de millones de historias que convergen a los pies de monumentos, calles, localidades o estaciones de metro, pues en México 11 mil 727 vialidades tienen el nombre del revolucionario Emiliano Zapata.
De acuerdo con información proporcionada por la Dirección General de Geografía y Medio Ambiente del INEGI, tan solo en la Ciudad de México, el nombre del Caudillo del Sur se encuentra en una localidad, cinco asentamientos y 283 calles y avenidas.
Para los capitalinos, el lugar más popular de esa lista es el Eje 7 Sur Emiliano Zapata, pero también la estación del Sistema de Transporte Colectivo Metro con el mismo nombre que converge con las líneas verde y dorada.
Con ellos coincide el Secretario de Cultura de la Ciudad de México, José Alfonso Suárez del Real, quien explica que, si bien el mayor número de calles con el nombre de Zapata se podrán encontrar en los pueblos y barrios originarios del sur de la capital por su cercanía con Morelos y el paso del caudillo, los más populares son el Eje y la estación de Metro.
“El más importante es el Eje (7 Sur) que da el nombre a la primera estación del Metro en línea 3 que se conjunta con la línea 12, pero allí yo debo reconocer que los arquitectos de línea 12 hicieron un gran homenaje a Zapata porque la estación más hermosa y la más grande es precisamente la Zapata”, expresó.
En entrevista destacó que la estación que lleva el ícono del caudillo morelense es un reconocimiento al personaje que encabezó el movimiento agrarista en la Revolución Mexicana y quien formuló el Plan de Ayala. “(La estación Zapata) es donde se presta a hacer una serie de intervenciones artísticas de primer nivel y es allí donde está el cine que tiene el Metro”, resaltó Suárez del Real.
También las alcaldías de Tlalpan y Coyoacán cuentan con un monumento de Emiliano Zapata, pues se trata de antiguas municipalidades que poseen pueblos y barrios originarios.
“Es en donde prácticamente Zapata comienza a estar en la Ciudad de México y de ahí para ellos el zapatismo y todos estos pueblos que son desde Cuajimalpa, Milpa Alta, Tláhuac, Xochimilco y parte de Tlalpan se sienten muy orgullosos de la presencia del Ejército Zapatista”, explicó.
El Secretario de Cultura, quien aseguró que se realizarán diversas actividades académicas en el sur de la capital para conmemorar los 100 años del asesinato de Zapata, consideró pertinente fortalecer el proceso de análisis sobre la “ejecución artera y traicionera” de parte del general Jesús María hacia el héroe que fue Zapata.
Subrayó que el movimiento de alta política para deshacerse del Caudillo del Sur no fue consumado, pues muchos años después, en 1994 el Estado Mexicano enfrentó a un Ejército Zapatista de Liberación Nacional, un hecho en la historia que debe reconocer sobre todo la participación de los indígenas que creyeron y apoyaron de manera determinante la causa del EZLN.
“Tan es así que, si bien los Acuerdos de San Andrés no se concretan de manera integral hasta nuestros días, sí se generaron una serie de acciones legislativas que parten primeramente del reconocimiento que no somos una nación uniforme, sino una nación pluriétnica y plurilingüística y que empieza a visibilizar a los pueblos y barrios”.