Pese a que existió una ampliación de recursos en 2017, sólo se atendió a 30 de los 82 municipios con alta y muy alta marginación.
Aunque el gobierno de Puebla tuvo una ampliación de 167.9 millones de pesos en el Fondo de Infraestructura Social Estatal (FISE) 2017, la mayor parte del dinero disponible se utilizó en proyectos que no incidieron de manera directa en abatir las carencias sociales de la gente.
Así lo revela la Ficha de Evaluación sobre la Aplicación este fondo federal, que fue emitida por la Secretaría del Bienestar (SB), donde se detalla que la entidad ejerció 826.19 millones de pesos; pero únicamente se le habían asignado 648.26.
De la cantidad ejercida, 26.50 millones se ocuparon para atender la falta de acceso a la alimentación, 82.17 millones de pesos fueron utilizados para mejorar el acceso a los servicios de salud y 181.35 millones de pesos se usaron para mejorar la calidad y los espacios de vivienda.
Adicionalmente, 187.42 millones de pesos se destinaron a atender la falta de acceso a los servicios básicos de vivienda y otros 43.97 millones de pesos fueron invertidos en reducir el rezago educativo.
Mientras tanto, 294.78 millones de pesos, es decir, 35.67 por ciento del total, fueron ocupados en otros temas que no aplicaban para los fines del fondo federal, lo que fue observado por el gobierno de la República.
También subrayó que apenas 30 de los 82 municipios clasificados con niveles de alta y muy alta marginación, fueron atendidos y que la mayoría de las zonas de atención prioritarias con presupuesto ejercido fueron de tipo urbano.
Esto, según la evaluación deriva en que se desatiendan las carencias relacionadas directamente con el rezago en infraestructura y que al olvidar a los municipios con mayor atraso, los objetivos del FISE no se cumplan.
Destaca que la evaluación también prevé contar con los indicadores del año 2018; sin embargo, estos aún no han sido publicados en el sitio oficial de la Secretaría del Bienestar.