Cientos de alumnos de la institución educativa, sus padres, amigos y docentes llevan a cabo cada año una posada en náhuatl, que inicia con una procesión de los peregrinos por las principales calles de la comunidad.

Los alumnos de la escuela primaria bilingüe “Maxicatzin”, del barrio de La Luz, en el municipio de Contla de Juan Cuamatzi, realizan cada año una posada y pastorela en lengua náhuatl, con el fin de… Los alumnos de la escuela primaria bilingüe “Maxicatzin”, del barrio de La Luz, en el municipio de Contla de Juan Cuamatzi, realizan cada año una posada y pastorela en lengua náhuatl, con el fin de promover las raíces e identidad de los tlaxcaltecas.

En un reportaje transmitido por la Coordinación de Cine, Radio y Televisión de Tlaxcala, la directora de la primaria indígena, Alma Rosa Sampedro Reyes, aseguró que esta actividad tiene como objetivo preservar, proteger y rescatar las tradiciones a través de las nuevas generaciones.

Cientos de alumnos de la institución educativa, sus padres, amigos y docentes llevan a cabo cada año una posada en náhuatl, que inicia con una procesión de los peregrinos por las principales calles de la comunidad. Vestidos como pastores, pobladores indígenas, Diablo, José y los Reyes Magos, los personajes llevan gabanes bordados, típicos de la localidad.

Luego del recorrido llegan a la casa de María, en donde son recibidos con música de viento, la noche cae sobre el barrio y María y José montan un burro y pasean por las calles, iluminados por los faroles de los personajes y la estrella de Belén. Regresan a la escuela, una enorme posada se realiza con la participación de padres y maestros.

Cantan la posada en náhuatl y villancicos en la lengua indígena y en inglés.

Luego llega el momento más esperado, la representación de la pastorela los personajes toman sus lugares arriba del escenario y comienza la magia. Como cierre del programa, la comida no podía faltar y comparten viandas y alimentos típicos de la región, además del ponche, dulces y frutas.

Los alumnos Alejandra Rodríguez, como María, y Andrés Zompatzin, como el ángel Gabriel, se sienten orgullosos de su participación en este evento. Alejandra señaló que “la escuela conserva las costumbres del pueblo en las nuevas generaciones”, mientras que Andrés indicó que “me siento afortunado por haber sido parte de este encuentro”. Una vez más, la cooperación en la comunidad hace posible un rato de esparcimiento, y sobre todo, logra conservar la lengua materna en el barrio de La Luz.

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