Entre tanto en el Partido Revolucionario Institucional nos quedamos sin representación en el Cabildo de la ciudad de Puebla capital, tal como sucedió en el Congreso del Estado a la renuncia de compañeros y compañeras priistas; el proceso electoral continúa su marcha.
Todos los partidos políticos han tenido bajas de militantes, pero altas automáticas de los mismos en otros. Todos los partidos han presentado conflictos por la nominación de candidaturas y faltan muy pocos días para concluir la etapa de postulaciones para las presidencias municipales y sus respectivas planillas; aunque por obvias razones el partido oficial Morena, es el que tiene los mayores conflictos internos.
Los partidos políticos en el estado de Puebla estarán considerando en la revisión de postulaciones los antecedentes y los perfiles de quienes serán candidatos y candidatas, sus resultados en los cargos que hayan ostentado, quizás, cómo fue su paso por todos los partidos políticos en los que han militado; tal vez no, porque lo que importa únicamente en estos tiempos pareciera es la “competitividad” que por supuesto importa y mucho, tanto como lo otro, porque los partidos políticos postulan para ganar elecciones, aunque claro los tiempos de hoy lo resumen en ese 10% de conocimiento, por un 90% de “lealtad” falta poco para observar cómo se conducen esas susodichas “lealtades” porque muy pronto se olvidó lo que Juárez decía “Sin principios los hombres dedicados a la política, a lo público, no son nada”.
Eso sí todos los partidos afinan sus estrategias de campaña que se harán visibles al inicio de las campañas de las presidencias municipales que son las más cercanas a la ciudadanía en general.
Ahí veremos si los esfuerzos por “cohesionar” a los diversos grupos políticos, por la “unidad” o por la “conciliación” internas dieron resultados.
Lo más grave es que la inseguridad está apoderándose del proceso electoral, el asesinato y la violencia en contra de candidatos y candidatas en el país se hace recurrente. En Puebla este fin de semana fue asesinado el señor Jaime González, probable candidato que sería registrado para la presidencia municipal de Acatzingo.
Ya vivimos esta historia en el proceso del 2018 y nuevamente la tristeza, la indignación, la condena; pero también, el desasosiego, la incertidumbre, el temor se hace presente, urge por ello que las autoridades estatales garanticen un proceso electoral en paz y tranquilidad.
Un momento muy importante en la historia de este país estaremos por decidir. Será la primera elección después de la que generó una gran expectativa y esperanza con el actual presidente López Obrador a la cabeza, que logró a su favor ese rechazo a los partidos políticos que en aquel entonces ya acumulaban, ahora, ese rechazo alcanza también al partido oficial Morena.
Morena lo veía venir, en la elección del 2021 tres años después de ese contundente triunfo empezó a sentir el rechazo de la ciudadanía sus votos se redujeron. Tal vez por eso la estrategia de publicar encuestas diarias que le dan a sus candidatos y candidatas un amplio margen de triunfo.
Pero sabiendo el presidente que ya no son creíbles esas encuestas, lo motivó a hacer, experto como lo es, promoción individualizada que en el contexto electoral se refiere a “las acciones realizadas por sujetos políticos con el objetivo de influir en la voluntad del electorado y obtener su respaldo para alguna candidatura” habrá que preguntarnos donde queda la garantía de un proceso electoral justo y equitativo y ahora con paz.
¿Cuál será su impacto en la elección del 2 de junio? Falta poco para saberlo, pero sin duda “mucha agua todavía veremos correr.”
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