En México al menos uno de cada siete menores de edad ha recibido solicitudes sexuales, generalmente por adultos que se hacen pasar por “amigos” en las redes sociales
En México al menos uno de cada siete menores de edad ha recibido solicitudes sexuales, generalmente por adultos que se hacen pasar por “amigos” en las redes sociales, donde 80 % de los que las utilizan aceptan a desconocidos y 43 % habla con ellos, lo que termina en situaciones donde se muestra un acoso hacia el niño o adolescente.
Se calcula que el número de internautas en el país es de casi 52 millones de personas. De los cuales, 12 millones son niños y adolescentes, quienes con el uso de celulares, tabletas y computadoras, son las principales víctimas del grooming o acoso infantil, un ciberdelito donde el adulto persuade a un menor de edad para establecer prácticas sexuales, las cuales inician con el intercambio de fotografías eróticas.
Un estudio realizado por la Unicef señaló que el primer ingreso a la web es a los 11 años. Sin embargo, esta edad está descendiendo y varía según el nivel socioeconómico de las familias. En México este tipo de prácticas son un delito.
De acuerdo con Jorge Rendón, director general de Centro Sin Violencia en Internet (Sivi), este tipo de contacto impersonal, a través de las redes sociales, puede desembocar en pornografía infantil y ciberbullying, ya que una vez obtenidas las imágenes son del dominio público, cuando se suben a la red.
¿Cómo utilizan el acoso para manipular?
La preparación es un proceso utilizado por personas con un interés sexual en los niños o jóvenes para prepararlos al para el abuso sexual, ganando poder sobre el niño. En todas estas relaciones, buscarán obtener poder sobre la persona. Esto les permite manipularlos o obligarlos a participar en actividades sexuales.
Si una persona joven siente que está enamorada, esto le dará poder al ofensor. El agresor puede chantajear emocionalmente al niño amenazando con retirar su afecto o diciendo. Los delincuentes también chantajean a los niños amenazando con compartir los secretos que el niño les ha contado.
En algunos casos, le dirán al niño que habrá consecuencias terribles por negarse a hacer cosas sexuales. Los delincuentes utilizarán cualquier medio que puedan para ejercer el poder sobre el niño o adolescente.
Saber guardar un secreto
En todos los casos, buscarán asegurarse de que el niño o adolescente no le diga a nadie más sobre el abuso, diciéndole que lo mantengan en secreto. A menudo les dicen a los jóvenes que nadie les creerá, o que si le dicen a alguien será el único en problemas.
Por eso, es importante llevar una buena comunicación con los hijos, hermanos o personas a las que apreciamos y comentarles de los riesgos que existen en las redes sociales e internet.