Datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) señalan que en el año 2017 existían cerca de 244 millones de personas viviendo fuera de sus ciudades de nacimiento: Dr. Miguel Ángel Corona.
El Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente (IIMA) -Xabier Gorostiaga, SJ.- organizó la conferencia Políticas ante el cambio climático hacia el 2020, en contextos de marginación y de emigración internacional, la cual estuvo a cargo del Dr. Miguel Ángel Corona Jiménez, integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y académico del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana Puebla.
El Dr. Corona Jiménez comenzó su ponencia haciendo un recorrido histórico del trabajo realizado para conocer la relación que guarda la migración y el cambio climático.
Para ello, destacó la importancia de saber a dónde van a parar las remesas, es decir conocer las comunidades a las cuales se envía el dinero obtenido por trabajar en Estados Unidos.
Un segundo punto importante en el desarrollo de su trabajo fue viajar a Nueva York para conocer las condiciones y mecanismos de envío de dicho dinero y con ello tener las dos miradas, para finalmente analizar qué pasaba en Puebla y sus 217 municipios.
“Es importante hacer este trabajo porque cada territorio tiene dinámicas propias, índices de pobreza diferentes, así como necesidades que no pueden homogenizarse”.
A partir de contar con estos datos, el economista realizó el comparativo de migraciones e emigraciones a lo largo de una década.
En donde se basó con los reportes del Instituto Nacional de geografía e Informática (INEGI) del año 2000 y el 2010, lo cual sirvió para corroborar que la cantidad de poblanos que salían fue similar en 212 de los 217 que tiene la entidad.
No así sucedió con los migrantes de retorno, quienes se registraron su nivel más alto a finales del 2010. Sobre este tema, el Dr. Corona Jiménez explicó que el fenómeno de la migración es muy complejo y por ello su interés de trabajar sobre las variables de cambio climático y la expulsión de ciudadanos que lo llevó a ligar variables sociales y ambientales, el cual requiere de un enfoque y esfuerzo interdisciplinario.
Bajo esta mirada, el especialista señaló que las principales causas del fenómeno migratorio son económicas, laborales (empleo) y salariales, pero a estas se han sumado los llamados refugiados ambientales personas que han tenido que emigrar por condiciones socio-ambientales que viven sus comunidades o bien por inseguridad y violencia.
“El mejor ejemplo para ubicar la importancia económica y los efectos climáticos fue el huracán Sandy, el cual tuvo consecuencias en Haití, Cuba y Nueva York. Mientras que a Haití recuperarse le ha costado años, a la isla caribeña le llevó seis meses, y ni que decir de Nueva York que lo hizo en 15 días. De ahí la importancia de no pasar por alto las condiciones socio económicas en materia de migración”.
Asimismo, el integrante del SNI comentó que en los últimos 30 años otro factor determinante de la migración, además del económico, ha sido el desarrollo de redes sociales (no las digitales) sino las que se crean entre los miembros de la comunidad en el extranjero quienes brindan soporte, los reciben e incluso pagan los traslados de familiares y amigos.
En suma, los resultados de este esfuerzo arrojaron que la marginación fue significativa en el estado y sus siete regiones, demostrando que la desigualdad se acentuó en seis regiones siendo la excepción la Sierra Negra; que a mayor escolaridad menor migración; y que la desocupación, con signo negativo se notó en tres regiones y solo en una fue positiva.
Otra inferencia del estudio marca que las porciones del territorio con mayor grado de migración internacional y niveles medios de marginación serán quienes reciban los impactos más fuertes del cambio climático, hacia el 2020. Además de que habrá que esperar nuevas problemáticas como un mayor número de conflictos sobre los recursos o cambios en los medios de vida.
Como conclusión, el Dr. Miguel Ángel Corona destacó que las regiones más vulnerables por sus medios sociales, y por su localización frente al cambio climático esperado, de acuerdo al escenario estudiado son: la Mixteca, Atlixco y Matamoros, la zona Angelópolis y una buena parte de Valle de Serdán.
Por lo que resulta vital generar atención inmediata a través de políticas de desarrollo regional sustentable con enfoque integral.
Finalmente, el especialista de la IBERO Puebla apuntó que ante este escenario las pautas para el diseño de políticas de desarrollo regional deben considerar y entender que la relación migración-medio ambiente-cambio climático es dinámica en cada región del territorio, por lo que la desigualdad regional, municipal, económica y social debe atenderse de forma diferenciada.
Aseguró también que las Pautas para el Diseño de Políticas Públicas de Desarrollo Regional (PDR) deberán crearse en condiciones de confianza y transparencia, para incentivar un comportamiento más comunitario y hacer más economía local sustentable, procurando que las acciones vayan orientadas por la mitigación y adaptación frente al cambio climático.
El académico de la IBERO Puebla aseveró que no se debe olvidar que las PDR deben promover y cuidar la relación hombre-naturaleza (educación y cultura ambiental), así como estimular la producción agrícola con sentido de sustentabilidad, para generar empleo y oportunidades de progreso que generen arraigo por la tierra trabajada.
Así como también recomendó que “la migración debe visualizarse con un enfoque regional, local e interdisciplinario, producto de la desigualdad que imperan en las condiciones de vida entre cada región. Por lo que la política de desarrollo regional debe contemplar la descentralización de servicios y la desconcentración de actividades hacia nodos claves del territorio.
Al cierre de su ponencia, el especialista en migraciones de retorno exhortó a los gobiernos a realizar ejercicios de planeación estratégica que trasciendan los ciclos políticos, y se conviertan en verdaderos planes de desarrollo de largo plazo consensados con las comunidades.