“La detención arbitraria sigue siendo una práctica generalizada en México y con demasiada frecuencia es catalizadora de malos tratos, torturas, desapariciones forzadas y ejecuciones arbitrarias”, advirtió el Grupo de Trabajo de la ONU sobre Detenciones Arbitrarias, al término de una visita oficial de doce días al país.
En una conferencia de prensa para exponer sus hallazgos preliminares, los expertos del Grupo dijeron que en los últimos años México ha logrado avances significativos en la lucha contra la detención arbitraria, pero agregaron que aún se requieren reformas en varias áreas que afectan los derechos humanos.
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El Grupo de expertos de la ONU destacó entre esos logros la transición a un procedimiento penal acusatorio, la extensión del amparo a los derechos humanos reconocidos internacionalmente, la Ley Nacional de Ejecución Penal, la introducción de un Registro Nacional de Detenciones y una jurisprudencia cada vez más centrada en los derechos humanos.
Violación de los derechos humanos, la principal preocupación: ONU
Miriam Estrada–Castillo, integrante del Grupo, expuso ante la prensa que una de las principales preocupaciones es el uso excesivo de la prisión preventiva, que junto con el arraigo es una práctica obligatoria de acuerdo con la Carta Magna del país para muchos delitos.
La experta explicó que el periodo de detención preventiva es crítico porque el detenido puede auto inculparse por el desconocimiento de sus derechos. Además, añadió, en muchas ocasiones ese periodo es demasiado largo.
Por otra parte, señaló que las detenciones por delitos flagrantes a menudo se llevan a cabo sin una orden preexistente, lo que las convierte en detenciones arbitrarias porque transgreden las leyes que estipulan que esos casos deben ser llevados de inmediato ante un juez.
Más punitivo
Al referirse a la privación de la libertad relacionada con la política antidrogas, recordó que desde 2006 México se ha vuelto más punitivo y ha penalizado la posesión de estupefacientes aún en cantidades muy bajas, calificándolo como tráfico de narcóticos.
En este sentido, Estrada–Castillo instó a las autoridades a encontrar estrategias alternativas a la detención.
No todas las detenciones se registran
Matthew Gillett, vicepresidente de Comunicaciones del Grupo, indicó que pese a la generalización de la prisión preventiva, no se sabe con exactitud cuántas personas se encuentran en esa situación debido a que no todas se registran, como ocurre en el caso de los migrantes.
Los expertos reconocieron los enormes desafíos de México en el contexto del crimen organizado y los esfuerzos hechos por las autoridades en la materia, pero consideraron que las Fuerzas Armadas, la Guardia Nacional y las agencias estatales y municipales están frecuentemente implicadas en detenciones arbitrarias y carecen de los controles civiles e independientes necesarios para garantizar la prevención y la rendición de cuentas.
El Grupo de Trabajo también denunció como frecuente el uso excesivo de la fuerza, sobre todo del momento de la aprehensión hasta que los detenidos son puestos a disposición ante una autoridad judicial.
Detalló que en muchos casos, se infligen tortura y otras formas de malos tratos para obtener confesiones y declaraciones incriminatorias y que los retrasos entre el momento de la detención de una persona, su puesta a disposición ante el Ministerio Público y su posterior traslado a la autoridad judicial, aumentan el riesgo de graves violaciones de derechos humanos.
Foto: Especial