Al pueblo no hay que darle pan y circo sino educación, aseguró Loelia Ruiz, directora de la Escuela de Iniciación Artística Asociada Atlixco, quien recientemente logró que este instituto fundado hace siete años, se asociara al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).
Loelia es pequeña de estatura pero grande de espíritu, una mujer que a sus 45 años, logró su gran sueño de juventud, convertirse en actriz y bailarina, añadiendo que ahora también es maestra de arte e investigadora teatral de la BUAP.
La última vez que vi a Loelia Ruiz, antes de la entrevista, fue el pasado 5 de enero, en el Desfile de Día de Reyes en Atlixco, iba a bordo de un carro alegórico navideño vestida de duende y encabezando la comparsa de su escuela.
Se veía hermosa, llena de luz, bailaba y sonreía sabiendo que era observada por los más de 25 mil asistentes que presencian este desfile, uno de los más emblemáticos del país y que se realiza desde hace 27 años.
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A Loelia la conocí en el CBTis 16 de Atlixco hace 28 años, fuimos compañeras y confidentes en el último año de bachiller. El tiempo nos distanció pero la fui a ver en sus inicios como actriz.
Hoy que nos reencontramos la veo plena y exitosa, logró construir en Atlixco, la tierra que la cobijó -es originaria de la Ciudad de México-, un semillero de artistas que al igual que ella cumplirán sus sueños.
A sus alumnos siempre les dice que del arte sí se puede vivir “que no se van a morir de hambre” pues el concepto generalizado de los trabajos artísticos es que impera el desempleo.
Ella les dice que igual existen arquitectos, abogados, contadores y hasta médicos desempleados, que todo está en el empeño que coloquen a su sueño para hacerlo realidad.
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El arte transforma vidas
Los grandes ojos de Loelia miran el escenario de la Casa de la Cultura de Atlixco, una de las sedes de la Escuela de Iniciación Artística Asociada Atlixco; los alumnos ensayan una obra que ella dirige.
Ellos serán la primera generación de artistas atlixquenses egresados del INBAL. Se trata de niños desde siete años hasta adultos que aprenden teatro, danza clásica, música y artes visuales y talleres libres de circo.
Esta es la primera escuela de bellas artes de Atlixco que está dentro del Programa Nacional de Escuelas de Iniciación Artística y la única a nivel nacional que fomenta las artes circenses, explicó Loelia Ruiz.
Recordó que en 2016 el ex presidente municipal José Luis Galeazzi Berra, solicitó en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) una persona experta en artes para organizar el Desfile de Reyes.
Así fue como Loelia regreso a Atlixco. Cuando terminamos la preparatoria se fue a Xalapa, Veracruz a estudiar arte y después regresó a vivir a Puebla, de donde se traslada a Atlixco para encabezar este proyecto cultural.
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Recordó que al concluir la encomienda de dirigir un desfile de Reyes le propuso al gobernante panista formar la Escuela de Iniciación Artística del Municipio de Atlixco y en 2017 esto fue posible.
Al concluir el periodo de gobierno de Galeazzi la escuela dejó de recibir el apoyo del municipio, pero ella y otros docentes la mantuvieron con su trabajo gratuito y aportaciones de la sociedad civil.
“El camino ha sido difícil en muchos aspectos. Iniciamos ensayando donde podíamos, sin un lugar fijo, con pocos recursos, en otros años con cero recursos y con clases de maestros que fueron voluntarios. Algunos se fueron por falta de pagos y lo entiendo”, dijo.
En los siete años que tiene la Escuela de Iniciación Artística Asociada Atlixco se han matriculado cerca de 800 alumnos, la mayoría de escasos recursos, quienes han experimentado grandes cambios en su vida.
Loelia Ruiz está convencida que la educación artística cambia la vida, al menos ella lo ha notado en adolescentes que modificaron conductas agresivas por otras de sana convivencia o los que estaban a punto de abandonar la escuela y no lo hicieron cuando conocieron el camino del arte.
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La falta de espacios para mujeres dentro de las artes y el acoso sexual.
Loelia Ruiz se considera una feminista porque siempre ha trabajado por la igualdad de género, pero aseguró que para que los dos sexos subsistan en un mismo espacio debe haber respeto.
“Ellos y nosotras tenemos nuestros límites. Debemos saber que donde termina mi libertad empieza la del otro. He luchado porque se abran los espacios artísticos y culturales no solo para los hombres, sino para las mujeres.
«Les digo a mis hijas y alumnas que nos tocó crecer en un mundo en donde parecía que todo estaba diseñado para los hombres pero debemos luchar de forma coherente y respetuosa para tener más espacios”, dijo.
Al cuestionarla sobre lo que ha sido más difícil para ella dentro de su trayectoria artística, sin dudarlo, dijo que el acoso sexual.
“El acoso por directores de teatro, por compañeros, por docentes que piensan que porque el teatro o las artes es un espacio abierto nosotras vamos a estar en la disposición de querer tener una intimidad por querer tenerla.
«Nosotras debemos decidir con quien estamos o no. Algunas acceden por tener un rol en una obra de teatro. A la gente que he rechazado, de manera respetuosa a pesar del acoso, me han levantado falsos pero al final la verdad se va a mostrar”, dijo.
En cuanto a como ha podido combinar su rol de madre con dirigir una escuela de artes, viajar de Puebla a Atlixco mínimo tres veces por semana para también cumplir con su horas en la BUAP, aseguró que con organización todo es posible.
“Las artes son demandantes. Es complicado ser madre de familia pero más cabeza de familia, soy una mujer divorciada responsable de tres hijos. La enseñanza es que como madre y mujer no hay limitantes y que no puedes parar tu vida profesional por la maternidad, ni viceversa, lo podemos combinar”, señaló.
Actualmente sus dos hijas son estudiantes universitarias de artes y colaboran con ella en la Escuela de Iniciación Artística Asociada Atlixco, mientras que su hijo de 10 años, al igual que sus hermanas crecieron tras bambalinas.
Antes de concluir la entrevista le pregunto a Loelia Ruiz donde se ve en una década, feliz me responde que estará jubilada de la BUAP, con todo el tiempo para seguir dirigiendo el Desfile de Reyes, el de Catrinas que se realiza en Temporada de Muertos, puestas en escena navideñas como Nikolaus y otras en las que seguirá bailando y actuando.
Tras un largo abrazo por los que no nos dimos en muchos años y el recuerdo de caminar por terrenos llenos de flores de cempasúchil al salir de la preparatoria, Loelia y yo nos reconocimos como dos mujeres que se abrieron paso en la adversidad solo la combinación del talento y el esfuerzo diario.
Foto: Especial