El mezcal es protagonista de nacimientos, bodas, bautizos, lutos, ofrendas; es una bebida que atrapa y enamora. Se devora sabor, sabiduría y la tradición ancestral que representa, contó Karla Straffon, una de las fundadora del Museo Vivo del Mezcal en Puebla, ubicado en 3 oriente 1414, Barrio de Analco.
Ella se enamoró del mezcal en 2018, cuando trabajaba en una cadena hotelera y la Secretaría de Turismo Municipal realizó la campaña “los jueves de mezcal”, en donde se promocionaba la cultura de esta bebida disfrutándolo en terrazas del Centro Histórico de Puebla.
“Mezcal con tamarindo o guanábana, de esos dos me enamoré”, suspiró esta administradora de empresas turísticas, de 41 años, originaria de la Ciudad de México, que hoy promociona el mezcal poblano, que hace apenas unos años ignoraban las exposiciones mezcaleras.
En el mundo del agave siempre pensamos en los hombres, pero Karla, junto con decenas de maestras mezcaleras de Oaxaca, Guerrero y Puebla, demostrarán que las mujeres también saben de mezcal.
Además a las mujeres les gusta beber este destilado -para algunos el mas fino del mundo- y no solo el envasado con frutas o el de exóticas mezclas de mixólogos, “las mujeres bebemos mezcal de 45 o 50 grados y creo que de cada 10 personas que beben mezcal, cinco son mujeres”.
Haciéndose un lugar en un mundo de hombres
El proceso de hacer mezcal consiste en una serie de actividades grupales que requiere de conocimientos, práctica y paciencia. Una vez que se capa el maguey, como se llama a la acción de cortar el escapo floral en sus primeros meses, hasta que se jima la piña, se hornea, trocea, fermenta y destila, transcurren en promedio ocho meses.
A ello se suma el tiempo que tomó al agave llegar a un estado adecuado para ser capado, mínimo 6 años o hasta 15, dependiendo del tipo de ageve del que se trate; y la supervisión del proceso total corre a cargo de un maestro mezcalero.
Para Karla Straffon, quien recorre palenques (lugar dónde se elabora el mezcal) junto con su socio Alejandro Noriega (un poblano con trayectoria en el sector turístico), hay muchas mujeres que ya deberían ser reconocidas como maestras mezcaleras.
“Esas mujeres han impulsado a sus esposos los maestros mezcaleros y por eso ellas deben ser llamadas maestras mezcaleras. Hacen casi lo mismo que los hombres, excepto cargar piñas desde el monte pero realmente ellas saben todo el proceso”.
Si el maestro mezcalero llega a enfermarse durante el proceso, es su esposa quien acaba dirigiendo al equipo, además de organizar la alimentación de los trabajadores que participan en la elaboración del mezcal, sin embargo ya envasado el destilado su trabajo no es reconocido, dijo.
Karla recordó su último viaje a Oaxaca, la capital del mezcal, en donde se percató de mujeres de la tercera edad que conocen a detalle el proceso del destilado del agave que, en ocasiones, ellas elaboraban para sus padres y hermanos cuando estaban indispuestos, pero el machismo las dejó en el olvido.
“Nosotros respetamos su tradición y no nos metemos con eso pero es cierto que el machismo hizo que no sean reconocidas estas mujeres mayores. Actualmente hay una generación de mujeres jóvenes que impulsadas por familias -que están rompiendo con el machismo- están haciendo mezcal y son reconocidas”, contó.
Karla piensa que un día en las botellas de mezcal llevarán los nombres de las maestras mezcaleras y que además dirán “venimos de cinco generaciones de productoras de mezcal”.
El camino de la emprendedora en el mundo del mezcal
Tras 20 años de trabajar en la hoteleria, Karla recordó que el 2020 marcó su vida y la de miles de trabajadores de la industria turística que se quedaron sin empleo ante cierres comerciales por la pandemia de Covid-19.
“Tras la muerte de compañeros que seguíamos laborando aún con pandemia, entendimos que para las empresas éramos reemplazables, pero para nuestras familias no. Conservé mi empleo, pero tenía un estrés tan terrible que decidí renunciar en 2021”, recordó.
Al quedarse sin empleo se reunió con amigos y tras un intento fallido en 2022, en este 2023 logró, con su socio Alejandro Noriega, instalar el Museo Vivo del Mezcal en el hotel boutique “Casona María”, ubicada en 3 oriente 1414 en el Barrio de Analco.
“Primero haces un alto y reconoces en lo que eres buena y si lo que hiciste por una empresa lo haces por ti misma y te despegas de un salario fijo, grandes cosas pueden suceder”, sonrió.
Después Karla y Alejandro me cuentan su segundo proyecto con una copa de mezcal, un ahumado y ligero Tobalá, ya que es medio día y “al mezcal hay que tenerle respeto”, me dicen.
“Experiencias Mezcaleras” es un concepto que como su nombre lo indica, te invita a vivir la experiencia de la elaboración del mezcal en los palenques de los maestros mezcaleros.
Acompañados de Karla Straffon y Alejandro Noriega, tendrás un viaje inolvidable en el que más que una cata de mezcal, conocerás la cultura del agave y la elaboración del destilado que se ha elaborado desde nuestros ancestros y que forma parte de nuestra cultura.
Y recuerda: “El mezcal primero te elige y después te enamora” Así que, ¡qué esperas para enamorarte de tus raíces!
Para más información sobre los recorridos puedes contactarlos a través de Facebook: Experiencias Mezcaleras Puebla y en el número celular 55 3456 2164.
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