La reforma en Francia para retrasar la edad de jubilación de los 62 a los 64 años en el Parlamento sin someterlo a votación, enfureció e indignó a los ciudadanos del país.
Manifestantes cortaron el tráfico en París el viernes mientras los enojados críticos, los opositores políticos y los sindicatos de toda Francia arremetieron contra la decisión del presidente, Emmanuel Macron.
A la par, partidos de la oposición iniciarían este día procedimientos para una moción de censura contra el gobierno de la primera ministra Elisabeth Borne. La votación podría celebrarse a principios de la próxima semana.
El presidente de Francia ordenó el jueves a Borne que ejerciese un poder constitucional especial para aprobar la impopular reforma de las pensiones sin votaciones en la Asamblea Nacional, la cámara baja del parlamento francés, según informó AP.
Su calculado riesgo enfureció a los legisladores de la oposición, a muchos ciudadanos y a los sindicatos. Miles de personas protestaron el jueves en la Plaza de la Concordia, frente a la Asamblea. Con la caída de la noche, la policía cargó contra los inconformes en oleadas para despejar el lugar.
Entonces, pequeños grupos se trasladaron a las calles próximas del elegante barrio de los Campos Elíseos, donde provocaron incendios callejeros.
Escenas similares se repitieron en muchas otras ciudades, desde Rennes y Nantes, en el este del país, a Lyon y la ciudad portuaria de Marsella, en el sur, donde se destrozaron los vidrios de numerosas tiendas y oficinas bancarias, según medios franceses.
En declaraciones a la emisora de radio RTL el viernes, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, dijo que 310 personas fueron arrestadas durante la noche y que la mayoría de las detenciones, 258, se efectuaron en París.
Los sindicatos que organizaron huelgas y marchas contra el plan del gobierno dijeron que en los próximos días habrá más movilizaciones. “Esta reforma de la jubilación es brutal, injusta, injustificada para el mundo de los trabajadores”, declararon.
Macron ha hecho de los cambios en el sistema de pensiones la principal prioridad de su segundo mandato y sostiene que la reforma es necesaria para impedir que el fondo entre en déficit mientras Francia, como muchas otras naciones ricas, enfrenta una caída en la tasa de natalidad y un aumento en la esperanza de vida.
El presidente decidió invocar el poder especial durante una reunión del gobierno celebrada minutos antes de la votación prevista en la Asamblea Nacional, donde no había garantías de que saliese adelante. El Senado había dado luz verde a la medida antes del jueves.
La oposición exigió la renuncia del gobierno. Si la moción de censura sale adelante, para lo que se necesita la mayoría absoluta de la cámara, sería la primera exitosa desde 1962 y forzaría la salida del ejecutivo, además de la retirada del plan.
Macron podría volver a elegir a Borne, si así lo decide, y se nombraría un nuevo gobierno. Si la moción sale rechazada, se considerará que la reforma de las pensiones ha sido aprobada.