Cuando Ana decidió dejar a su pareja, la familia de ella y de él, los hijos y los amigos la criticaron


A punto del feminicidio Ana decidió terminar su relación de 40 años. El violentador había tejido redes de apoyo. Amigos, familiares de ella y de él y hasta sus propios hijos cuestionaron la decisión de Ana. “Para que te dejas”,parece que no puedes perdonar una infidelidad”, “te lo mereces”. Cuando ella decidió dejarlo, él cayó en su red de apoyo, mientras Ana caía a la leña ardiente de la inquisición social.

El violentador es un psicópata integrado; es amable, carismático, amoroso y se relaciona bien en lo público, es funcional en el trabajo y con otras mujeres, pero violento con su mujer”, menciona Laura, psicóloga clínica que acompaña el caso de Ana.

Ana es trabajadora del hogar. Aunque tuvo una familia disfuncional, un padre ausente y una madre enferma que tampoco cuestionó la infidelidad y el maltrato, Ana es precisa en decir que si bien la historia de vida marca un poco el perfil de la víctima, el victimario ejerce la violencia intrafamiliar contra otra “y nadie tiene derecho a ejercerla contra otra u otro”.

¿Cuándo te diste cuenta que eras víctima de violencia?
Seguramente siempre hubo violencia pero de esas violencias que normalizamos, ahora lo entiendo. Siempre fue acoso, abuso, coaccionar, chantajear, pero la violencia manifiesta fue cuando me embaracé de mi primer hijo, ahí fue en su inicio más feo, fueron aventones, insultos pese a mi estado.

Laura refiere que Ana tiene trastorno mixto, una mezcla de ansiedad con depresión. Antes de las terapias y de haber solicitado ayuda especializada, Ana se perdía a dos cuadras de su casa, no sabía cómo regresar, la angustia le enfriaba el cuerpo, empezaba a llorar y a temer que alguien la asesinara.

Sus dos hijos nunca se dieron cuenta de la violencia. Después de las golpizas ella iba al doctor justificando que “amanecí chueca”. La primera vez que denunció a su pareja la juez le dijo que la veía bien, que no tenía moretones y que mejor regresara a su casa y platicara con su pareja.

¿Cómo era la relación con sus hijos y un padre violento en lo privado y carismático y buen padre frente a ellos?
Nunca se dieron cuenta. Desde muchos años antes me había planteado esta posibilidad que yo veía inalcanzable de que en el momento en el que terminara mi último hijo, en el momento en el que terminara de estudiar, que yo sentía que esas eran sus alas, las fuertes, la de la no dependencia que tuviera una historia diferente a la mía, en ese momento me iba a ir, y ahí se me complicó mucho este silencio porque ahí me quedé con esto de que “es la mala” ellos suponen que era una infidelidad entonces yo me quede como la mala del cuento, pobre de mí papa, todos cometemos errores, yo no sé perdonar.

¿Y cómo te sientes por eso ahora que has empezado a, como dicen ustedes, trabajarte?
Ya no me importa.

¿Ahora como es este proceso?
Hay una tremenda brecha de muchos años, ya después algo me pasó en el deber ser me quedé pues por los hijos, nunca les dije nada, nunca se dieron cuenta de toda la violencia, psicológica, económica, yo trataba de ocultarla, la psicológica era mía nada más, la física los golpes tampoco, nunca mas me dejaré.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *