Los familiares de los lesionados en la explosión de un polvorín en la junta auxiliar de Techachalco del municipio de Tepeyahualco son algunos de los que colocaron campamentos afuera del Hospital del Niño Poblano (HNP) y que llevan semanas y meses en espera de que un milagro salve a sus hijos e hijas.
Pidiendo la gracia del anonimato, para evitar que el gobierno les quite el apoyo consistente en algunos medicamentos y en que les den información continua del estado de salud del interno, una mujer reconoció que en el taller que explotó el pasado 4 de enero en Tepeyahualco trabajaban menores de edad, uno falleció con un adulto y otro está internado en el HNP.
Dijo que hay otro adulto con quemaduras de gravedad que se encuentra en el hospital de traumatología Rafael Moreno Valle, y que esperan que la recuperación de ambos varones se de hasta mediados de marzo.
En tanto solo resta esperar en la casa de campaña, hacer oración frente al altar improvisado que colocaron algunos padres de familia en el que está un niño Dios y una decena de estatuillas de la Virgen de Guadalupe, globos y juguetes.
Otra pareja proveniente de San Matías Tlalancaleca señalaron que tienen apenas una semana de haber acampado afuera del hospital en espera de que su hijo de 15 años vea un milagro, pues los médicos les dan pocas esperanzas.
Contaron que el menor hace dos años tuvo un accidente en una motocicleta y que le colocaron una válvula en la cabeza en el hospital Betania, pero al no quedar bien se trasladaron a otro hospital particular y finalmente al HNP.
Antes de que el joven cayera en el hospital refirió fuertes dolores de cabeza y después convulsionó.
“Desde la primera vez tuvimos que pedir ayuda económica a vecinos y amigos porque los hospitales donde fuimos nos cobraron muy caro. Acá venimos buscando la salvación de nuestro hijo”, dijo Jorge, el padre del menor.
En tanto la madre de nombre Verónica señaló que el personal de Servicio Social del hospital no le ha preguntado cuales son sus necesidades de alojamiento o de cualquier tipo de apoyo a foráneos, además de que tampoco hay patrullajes nocturnos para garantizarles seguridad.
Luis Alberto es de Tehuacán y tiene dos meses afuera del hospital en espera de que sea dado de alta su hija recién nacida, quien lleva cuatro cirugías de estómago. Por los días trabaja en una empresa de telefonía aquí en la capital mientras su esposa cuida a la bebé y para la noche su esposa sale y duerme en la casa de campaña y él vigila a la menor en el hospital.
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Por: Mónica Franco
Foto: Agencia Enfoque